¿Qué pasa en Iberia?

En octubre de 2011, planifiqué un viaje a La Gomera (Canarias) para febrero de este año. Compré un billete con Iberia y, respiré aliviada, cuando comprobé que no coincidía con las fechas de huelgas programadas…

De nada sirvió, porque viajar con Iberia, al menos en mi experiencia, trae consigo una pérdida importante de horas (10 en el viaje de ida y 13 en el de vuelta) y de paciencia. Lo que más ha llamado mi atención es la actitud de los trabajadores de Iberia, su falta de empatía y la prepotencia de la que hacen gala en su relación con los usuarios de su compañía. Como si los problemas los causara un ente extraño, alguien ajeno a su responsabilidad. Alguno comentó: “Desde que privatizaron la empresa todo va mal, si ustedes supieran…”.

Para Iberia cualquier pretexto pueder ser válido para incumplir horarios: mal tiempo que, curiosamente, solo afecta a esta compañía; baños que no funcionan…

Sinceramente, después de tantas horas cerca de ellos, tengo la impresión de que están llevando a cabo una huelga de celo encubierta, cuyos únicos perjudicados somos quienes viajamos. No discuto el derecho a la huelga, pero creo que la ética profesional de los que trabajan en servicios públicos debería llevarles a tener en cuenta las consecuencias de sus actos.

¿Dónde están nuestros derechos? Yo, desde luego, intentaré no volver a caer en las redes de Iberia.— Txus Blanco.