El chico con la mejor nota de Selectividad en Galicia se entera rodeado de amigos y se graba en un reto viral
Algunos vídeos de “reacción notas EVAU 2025″ superan el millón de “me gusta” en Tiktok

Basta con entrar en Instagram o Tiktok y poner en el buscador “reacción notas EVAU 2025″ para encontrar cientos de vídeos ―que van desde el nerviosismo a la máxima felicidad o, en algunos casos, a la decepción― de alumnos en toda España que se graban mientras conocen sus calificaciones de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU, antes conocida como EVAU). Los vídeos son parecidos: el alumno se pone frente a la cámara, junto a un familiar o compañero, y dice la nota que espera sacar en cada asignatura; tras ello, la otra persona dice la calificación real. Así van compartiendo cada materia hasta conocer la nota final. Algunos de estos vídeos superan el millón de “me gusta” en Tiktok.
El video puede ir muy bien si el alumno saca una nota mejor que la esperada, o muy mal si al chaval le va peor de lo que creía. De hecho, en las redes sociales también hay una frase para buscar los videos: “notas evau 0 en todo”. El caso de Martín Casanova Alonso (18 años, Lugo) fue, en todo caso, la primera experiencia. Casanova se encontraba en un viaje con amigos cuando fueron publicadas las notas de la PAU en Galicia. Decidió hacer el reto viral de las redes y grabarse para conocer sus calificaciones.
―¿Historia de España?, le pregunta uno de sus compañeros.
―Historia de España sí que palmé. Entre un 7 y un 9, responde Casanova sobre la nota que espera.
―¡Un 10!, responde el mismo compañero con ilusión, mientras los demás gritan eufóricos en un cuarto de hotel.
Así se desarrolla el vídeo del joven lucense que obtuvo 9,96 en la PAU, la que fue la nota más alta de la Selectividad en Galicia. Ese día, cuando se publicaron las calificaciones, comenzaba el viaje con sus amigos, “los de toda la vida, desde primaria”, dice Casanova, quien estudió en el instituto público Leiras Pulpeiro de Lugo.
Decidieron grabarlo, no para publicarlo en redes, sino para tenerlo como recuerdo y enviarlo a su familia que estaba lejos. “Yo ya me imaginaba las buenas notas, pero ni de lejos tan buenas. Me sorprendió mucho”, cuenta a EL PAÍS por llamada telefónica, mientras hace la fila para ingresar a una montaña rusa en un parque de atracciones junto a sus compañeros.
“Mis padres estaban casi más emocionados por las notas que yo. Me han dicho que ahora disfrute mucho del viaje”, dice Casanova, que quiere estudiar Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. La nota de corte del año pasado para ese grado fue de 9,276. Casanova lo sabía, no tuvo mucha presión durante el examen porque con la nota media de bachillerato que obtuvo, necesitaba cerca de un 5 en la PAU para ingresar.
De todas formas, no se confió y un mes antes del examen estudió lo necesario. Confiesa que lo más importante para ese excelente resultado fue estudiar durante todo el último año: “La Selectividad es un examen de todo el curso, y lo llevé bien y al día. Pillé hábitos de estudio que antes no tenía”. “Si tienes una buena base es más fácil estudiarlo”, concluye.
En el vídeo de Casanova se ve no solo la emoción de él, sino también la de sus compañeros, cuando anuncian cada una de las notas para las diversas asignaturas. Hacia el final, los amigos se abrazan y dan gritos de alegría. Para él, esto es importante: “Es increíble, tengo muy buenos amigos, soy plenamente consciente de ello. Se alegran tanto por las notas, casi como yo, y me animan”.
Para Manuel Vilariño Freire, director del instituto de educación secundaria Leiras Pulpeiro, es “un orgullo para toda la comunidad educativa”. Especialmente porque el instituto se ubica en “un barrio con una situación complicada” con respecto al contexto socioeconómico, y eso implica que se generen prejuicios sobre los alumnos, explica Vilariño. Sin embargo, “el éxito de Martín ayuda a eliminar esos prejuicios”, menciona.
En su día a día, desde el centro, comprueban las “dificultades de aprendizaje y situaciones de partida completamente desventajosas”, dice el director. De todas formas, el objetivo de los docentes es sacar adelante la diversidad, con atención especial en los alumnos.
Aunque el Derecho no es una rama que llame la atención de la mayoría de los chicos, Martín Casanova sabía que quería estudiarlo desde los 9 o 10 años. “No recuerdo exactamente por qué me comenzó a gustar”, cuenta y agrega: “En cuarto o quinto me empezó a llamar la ley, me parecía interesante”. Fue más adelante, que el colegio los llevó en una excursión a unos juzgados, cuando reconfirmó su idea.
Casanova también estudia piano en el Conservatorio. Este año acaba el sexto curso para lograr el título profesional de Música. El piano lo toca desde muy pequeño, desde los 8 años. Aunque está seguro de su carrera, no tiene “demasiadas cosas claras”, asegura. “Empiezo una etapa nueva y pueden cambiar muchas cosas. Pero ahora mismo me gustaría opositar y seguir por aquí en Galicia”, dice.
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