La rectora de la Autónoma de Madrid gana en su segundo intento y cierra el trauma del vacío de poder
Amaya Mendikoetxea, que perdió contra las papeletas en blanco en primera ronda, logra el 58,7% de los votos ponderados


Amaya Mendikoetxea, rectora de la Universidad Autónoma de Madrid en funciones, ha ganado en su segundo intento las elecciones con el 58,7% de los votos ponderados (la papeleta de los profesores fijos vale más), frente a Javier Ortega, exvicerrector de Innovación y Transferencia de Conocimiento (2017-2021). Se pone así cierre a casi dos meses de conmoción ante la posibilidad de que hubiese un vacío de poder. Mendikoetxea perdió el 8 de abril los comicios ante el voto en blanco ―obtuvo el 44,6% de los sufragios ponderados―, provocando una situación inédita en la Universidad española, pues podía abocar a la institución a un vacío de poder.
La rectora en funciones ha ganado en todos los sectores. La clave estaba en los profesores “con vinculación permanente” (fijos) porque su voto vale un 55% del total y entre ellos Mendikoetxea ha logrado el 62,2% de los votos (la otra vez recabó el 59%). El respaldo ha sido aún mayor entre los científicos con contrato temporal y los predoctorales (66%). Ha vencido también entre los estudiantes, pero apenas con un 51% de sus votos. Solo ha votado un 4% del alumnado ―casi todos terminaron los exámenes el pasado miércoles― y un 48,8% ha apoyado a Ortega. Idéntico porcentaje, 51%, ha obtenido del personal de administración y servicios que ha votado en masa-
En abril el gran batacazo de la rectora fue entre los universitarios (solo un 19% a favor), el personal de administración y servicios (31%) y los contratados predoctorales (25%).
Pronto se supo que Javier Ortega, que había sido director de la Escuela Politécnica Superior (2012-2017), se presentaría a las elecciones. Este catedrático de Tecnología de las Comunicaciones explica que detectó en el campus un deseo de cambio. Muchos respiraron entonces, la idea de la vacante en el rectorado se alejaba. Mientras Mendikoetxea, catedrática de lingüística inglesa, apuró hasta el último suspiro para presentar su candidatura. Lo hizo con una carta a la comunidad universitaria: “Gobernar no es mirar desde la barrera. Es decidir, arriesgar y a veces equivocarse”.
La falta de oponente restó tensión a los anteriores comicios en abril y muchos, o no votaron convencidos de que repetiría la rectora, o ni siquiera se enteraron. Hubo quien quiso darle “un pellizco de monja”, en palabras de un antiguo cargo, y se arrepintió de su voto. Y hubo, también, quien celebró su derrota, culpándola de no plantar cara al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que tiene asfixiadas económicamente a sus universidades. Sin embargo, el plante de los rectores ante el Ejecutivo regional no se entiende sin la figura de Mendikoetxea.
Ortega aparecía hace días como miembro de la junta directiva de la Asociación para la investigación y la docencia Universitas ―un colectivo vinculado al movimiento Comunión y Liberación― en su página web, pero esta ha sido cerrada. Este perfil muy conservador de Ortega, que ha tenido escasos días para montar su equipo, chirríaba a muchos en la UAM.
Mendikoetxea fue antes vicerrectora de Relaciones Internacionales y vicedecana de Filosofía y Letras. En 2021 se convirtió en la segunda rectora de la historia de la UAM. La primera fue Josefina Gómez Mendoza, por un plazo brevísimo (1984-1985). En la historia de las universidades públicas de Madrid no ha habido más mujeres en dos siglos.
La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU, 2023) obliga a que haya más votos a favor que en blanco en las elecciones a rector. Antes de esta norma no era necesario y ya ha traído quebraderos de cabeza en la Universidad Rey Juan Carlos, que también fue a segunda vuelta este mayo. Mendikoetxea será rectora seis años. La LOSU ha alargado los mandatos ―antes eran de cuatro―, pero el rector no se puede volver a presentar.
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