Las empresas españolas cotizadas ganaron 33.433 millones en el primer semestre, un 4,45% más
El ritmo de crecimiento de los beneficios se desaceleró en un periodo donde la incertidumbre comercial se hizo notar. El sector bancario fue el motor de los resultados a pesar de las bajadas de los tipos de interés


El plazo para presentar los resultados del primer semestre no finaliza hasta el mes de septiembre, pero la gran mayoría de las empresas españolas cotizadas, con sus jefes prestos a coger las vacaciones, ya han rendido cuentas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El balance de las cifras corporativas deja señales mixtas. Los que prefieren ver la botella medio llena destacarán que a pesar de que el entorno económico y geopolítico está plagado de minas, los beneficios empresariales muestran todavía resiliencia. Los más pesimistas, en cambio, también tienen motivos para reclamar su espacio: las ganancias empiezan a dar muestras de fatiga. En cualquier caso, el gran elefante en la habitación de esta campaña de resultados ha sido la guerra comercial. En algunos casos, la incertidumbre arancelaria ya ha pasado factura en el primer semestre; en otros, los directores financieros echan cuentas para ver cómo les puede afectar en la segunda parte del año tras el acuerdo sellado hace unos días por EE UU y la UE.
Las empresas de la Bolsa española ganaron de forma conjunta 33.433 millones de euros entre enero y junio. Esta cantidad supone una mejora de solo el 4,45% con respecto al mismo periodo del año anterior. El matiz que acompaña a ese “solo” se explica porque en los últimos años el ritmo de subida de las ganancias empresariales había mantenido tasas de doble dígito, es decir, por encima del 10%. Las grandes empresas mantienen el pulso mejor que las de un tamaño más pequeño. En concreto, los grupos del Ibex 35 sumaron un resultado neto de 31.673 millones en el semestre, un 7,67% más. En el caso del resto de grupos que cotizan en el Mercado Continuo de la Bolsa de Madrid las ganancias agregadas fueron de 1.760 millones, un 32% menos que un año antes.
Es cierto que el beneficio neto es la partida más volátil de una cuenta de resultados, ya que está expuesta al impacto de atípicos o a apuntes contables. Sin embargo, las otras dos varas de medir la salud corporativa (los ingresos y el resultado de explotación) también emiten señales de desgaste.
Las ventas, por ejemplo, son el corazón que bombea la sangre a las compañías para que puedan continuar con su expansión. En el caso del primer semestre, la facturación del conjunto de cotizadas sumó 348.617 millones de euros, cantidad que representa un leve caída del 0,24%. En el caso de la cifra de negocio, la debilidad fue la tónica dominante con independencia del tamaño de las compañías: los grupos del Ibex ingresaron 305.928 millones, apenas un 0,64% por debajo del primer semestre de 2024, mientras que el resto de empresas vendieron de manera agregada por valor de 42.988 millones, un 2,6% más.
La debilidad de las ventas se dejó notar tanto en los negocios nacionales como en la actividad exterior. En el primer semestre, los ingresos obtenidos en los mercados internacionales por las empresas del Ibex 35 (sin contar a ArcelorMittal) retrocedieron un 0,05% hasta situarse en 174.752 millones. Por su parte, la cifra de negocio aportada por las actividades nacionales sumó 89.667 millones, un 1,69% memos. Esta desviación en el ritmo de aportación por área geográfica hace que España solo represente ya el 33,94% de las ventas del selectivo. Hasta 18 empresas del índice ya facturan más de un 50% fuera, destacando casos como Amadeus (96%), Grifols (94%), Acerinox (92%), ACS (91%) y Fluidra (89%).
Ahorro de costes
El frenazo en el ritmo de mejora de las ventas viene notándose desde hace unos trimestres. Hasta ahora, los ajustes de costes compensan el menor vigor de la facturación, logrando lo que los expertos denominan como apalancamiento operativo: la estructura de costes fijos hace que, con pequeños aumentos de ventas, crezcan sus márgenes debido a que sus gastos no crecen al mismo ritmo. Sin embargo, esta palanca parece que también empieza a perder vigor. Y es que las políticas de ahorro de costes son finitas. El resultado de explotación —partida que viene a mostrar en grandes líneas la evolución más pura de los negocios, es decir, los ingresos menos los gastos— del conjunto de cotizadas sumó entre enero y junio 52.770 millones de euros, cantidad que solo supone una mejora del 4,3% con respecto al primer semestre de 2024.
La banca española fue el principal sostén de los resultados de las cotizadas. A pesar de que la drástica rebaja de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) es perjudicial para su margen de intereses, las entidades financieras lograron unos resultados récord. Los seis bancos incluidos en el Ibex 35 (Banco Santander, BBVA, Caixabank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja) lograron beneficios conjuntos por valor de 17.085 millones de euros, cifra que representa un aumento interanual del 11,76%.
Destacó el caso del Santander, el grupo cotizado que más dinero ganó en el semestre: 6.833 millones de euros, un 12,77% más. El negocio en España y EE UU mostró gran solidez y el talón de Aquiles para el Santander fue Brasil, su principal mercado. “En un entorno geopolítico que continúa volátil, vamos por el buen camino de cumplir todos nuestros objetivos para el año y confiamos en que nuestra trayectoria junto con la diversificación geográfica y por negocios nos permitirán generar valor por encima de nuestros competidores”, subrayó la presidenta de la entidad, Ana Botín en la presentación de las cuentas remitida a la CNMV.

También disfrutó del mejor semestre de su historia el BBVA. Inmersa en la recta final de su opa sobre el Banco Sabadell, la entidad logró un beneficio de 5.447 millones de euros, un 9% más. Como le ocurrió a su gran rival, el negocio doméstico del BBVA mostró fortaleza, mientras que su mayor mercado, México, emitió señales de debilidad. “Estamos en el mejor momento de nuestra historia. Somos uno de los bancos más rentables y con mayor crecimiento de Europa”, destacó eufórico el consejero delegado del BBVA, Onur Genç,
Junto al financiero, el otro sector con mayor peso en la Bolsa española es el energético. Y aquí el balance de resultados es mixto. Iberdrola ganó 3.562 millones, un 13,8% menos. La eléctrica —que anunció el mismo día de la presentación de las cuentas una ampliación de capital de 5.000 millones de euros— atribuye la caída del beneficio al efecto de la plusvalía registrada por la venta en México de sus activos de generación térmica, que fue apuntada en el primer trimestre de 2024. También sufrió una notable caída de su resultado Repsol. La petrolera ganó hasta junio 603 millones, un 62,9% menos. En un entorno de precios bajos del crudo, el retroceso de los resultados vino determinado por los malos números cosechados en el negocio de refino y química.
Luz y gas
La cara en el sector energético fue para Endesa y Naturgy. La primera mejoró un 30% su beneficio, hasta los 1.041 millones. Estas cifras se producen “gracias a la buena evolución de los negocios liberalizados y a la desaparición del impuesto extraordinario del 1,2% que afectó a los dos ejercicios anteriores”, según explicaron desde la empresa. Por su parte, Naturgy mejoró un 10% su beneficio, situándolo en 1.147 millones gracias a la mayor demanda de sus ciclos combinados y a la subida del precio del gas y la luz.
Otro de los pesos pesados del parqué, Telefónica, protagonizó los mayores números rojos del mercado en el primer semestre. La operadora perdió 1.355 millones frente a los beneficios de 950 millones logrados en el primer semestre de 2024. El agujero en las cuentas se debió fundamentalmente a las minusvalías contables anotadas por la venta de las filiales de Argentina, Perú, Ecuador y Uruguay.
En las conferencias con analistas posteriores a la presentación de los resultados, los principales directivos dan detalles sobre las cuentas y avanzan qué previsión de negocio tienen para las próximos meses. En el caso de las coference calls celebradas en las últimas semanas ha habido un tema omnipresente: la guerra comercial. La simple amenaza de la imposición de aranceles se ha dejado notar en algunos sectores y ahora, ya con el acuerdo firmado entre la UE y EE UU, que contempla tasas del 15%, las empresas calibran el tamaño de la herida.
El más contundente contra el proteccionismo de Washington ha sido el presidente de Acciona. José Manuel Entrecanales, según la transcripción del encuentro ofrecida por Bloomberg, avisó a los analistas de que la compañía va a poner en revisión la estrategia de su filial de renovables en el mercado americano: “La incertidumbre y la volatilidad provocadas por los aranceles llevan a Acciona Energía a suspender temporalmente algunos de sus planes de crecimiento en Estados Unidos, concretamente la construcción de dos proyectos de almacenamiento en Texas”.
Uno de los sectores más expuestos a las nuevas barreras comerciales es el de la automoción. En España no cotiza ningún fabricante de coches, pero sí algunos de los mayores suministradores de componentes, como Gestamp. “Debemos valorar los últimos acuerdos, lo que probablemente aportará más visibilidad para el resto del año. En cualquier caso, las previsiones de crecimiento siguen siendo muy heterogéneas”, reconoció el presidente de Gestamp, Francisco José Riberas. La industria papelera también sufre la presión arancelaria, como explicó el presidente de Ence, Ignacio de Colmenares: “Los precios se encuentran ahora por debajo de los niveles de los costes marginales en buena parte de la industria. Siempre y cuando haya terminado la guerra arancelaria, los precios deberían recuperarse”.
Una vez que se empieza a clarificar la tabla de aranceles para cada país, en el mercado hay miedo a que pueda revivir un viejo fantasma: la inflación. El consejero delegado del fabricante de piscinas Fluidra, Jaime Ramírez, fue muy claro acerca de cómo prevén contraatacar antes las nuevas tasas: “Esperamos compensar por completo el impacto de los aranceles en la cuenta de resultados de 2025 con aumentos de precios en el mercado estadounidense”. Pero esa, ya será otra historia.
La rebaja de los tipos anima el endeudamiento
Las empresas españolas vuelven a apalancarse para crecer. Coincidiendo con la bajada de los tipos de interés en la zona euro, los grupos del Ibex 35 engordaron notablemente su endeudamiento durante el primer semestre del año. En concreto, a 30 de junio pasado los grupos no financieros del índice selectivo sumaban compromisos financieros por valor de 199.724 millones de euros. Esta cantidad supone un aumento del 4,28% con respecto a los 191.601 millones de deuda que sumaban al cierre del ejercicio 2024.
La compañía que más elevó su deuda financiera neta en el primer semestre fue ACS, que la multiplicó por tres pasando de 700 millones a 2.200 millones. El grupo de construcción y servicios presidido por Florentino Pérez atribuye esta subida al fuerte proceso inversor ejecutado durante el periodo. “Se han invertido 1.248 millones en los últimos doce meses, incluyendo el desarrollo de centros de datos y la adquisición de Dornan”, justificaba ACS en la información remitida a la CNMV.
Otra compañía que elevó de forma considerable su pasivo fue ArcelorMittal. El grupo siderúrgico cerró el semestre con una deuda de 7.245 millones, un 62% más y lo atribuye al “intenso proceso de adquisiciones” realizado.
La empresa española con una deuda más elevada al cierre del semestre es, de largo, Iberdrola. La eléctrica debe algo más de 53.800 millones de euros, pero confía que su generación de caja le permita cuadrar el círculo, es decir, seguir invirtiendo, mejorando la remuneración al accionista y mantener a raya la nota de solvencia que le asignan las agencias de rating.
En el caso de Telefónica el mercado sigue con mucho detalle la evolución de su deuda. Ésta cerró junio en 27.609 millones, solo un 1,65% más que en 2024.
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