Andrés Rodríguez: “La mitad de la riqueza en España la tienen 28 octogenarios”
El presidente de ‘Forbes España’ confiesa en vísperas de publicar la lista de las 100 grandes fortunas: “Los verdaderos ricos lo que quieren es ser invisibles”


La Forbes House, sede del club privado de la revista Forbes en España, ocupa un edificio recién remodelado en el corazón político y financiero de Madrid, puerta con puerta con el Ministerio del Interior y frente por frente de la Fiscalía General del Estado. Al llegar, docenas de policías de uniforme y de paisano armados hasta los empastes hacen zigzaguear al taxi hasta llegar a la puerta y una no puede dejar de fantasear imaginando al ministro Marlaska y al fiscal Ortiz bregando con sus respectivos asuntos en sus despachos. Dentro del club, un oasis de moqueta y madera oscura, reina sin embargo una animada calma, entre señoras y señores jugando con sus tabletas y los asistentes a un evento de la Asociación Cris contra el cáncer. Rodríguez, traje de raya diplomática y gafas de pasta, recibe en una minúscula salita mientras desayuna té y fruta, atendido por un camarero de etiqueta que se desvive para que la visita esté a gusto. Sobre la mesa, un borrador embargado de la famosa lista Forbes de los 100 más ricos de España, que se publicará en unos días.
Sorpréndame, ¿quién es la persona más rica de España?
La sorpresa no es posible. Sigue siendo Amancio Ortega, el dueño de Inditex, a una distancia estratosférica de la segunda, que es su hija Sandra, y de la tercera, que sigue siendo Juan Roig, el dueño de Mercadona. Es casi imposible que alguien consiga superar a Amancio. Lo suyo es una rareza en todo el mundo. Lo nuevo, lo que asoma, es que, en la próxima década, va a haber un cambio generacional, aunque sea por cuestiones biológicas.
¿Y eso?
Porque, y eso sí que es una noticia que te doy, el 54% de la riqueza en España lo acumulan 28 octogenarios.
Y algún día fallecerán, su fortuna se repartirá entre sus herederos y se moverá el escalafón.
Exacto, y podría pasar que sus herederos no entrasen en la lista, porque para entrar en la de los 100 más ricos, tienes que tener, al menos 300 millones de euros en acciones cotizadas en Bolsa.
O sea, que el más pobre de sus ricos tiene 300 kilos en el banco.
Tiene muchísimo más. No medimos ingresos por publicidad, o retribuciones, solo acciones. De lo que se puede deducir que estos ricos son muchísimo más ricos. Por eso no hay deportistas, ni ejecutivos del Ibex, que pueden ganar 10 o 15 millones al año. El deportista que está más cerca de entrar es Rafa Nadal, y ya se ha retirado.
Seguro que cuando Hacienda ve su lista le entra la risa.
Bueno, bueno, seguro que en Hacienda la miran. Es un valor de medición. Estoy seguro de que Inditex tiene su propio equipo de inspectores vigilando sus cuentas, e Inditex tendrá su propio equipo fiscal para llevarlas.
¿Qué es ser rico, en términos económicos?
Hay una definición estadística, si no me equivoco, que es tener más de un millón de euros líquidos en el banco. No en patrimonio, no que tu casa, o tu yate, o tu jet, lo valgan, sino tener un millón en cash, eso se considera ser rico.
¿Y usted lo es?
Ni lo soy ni es mi objetivo en la vida. Tengo 60 años y soy periodista y emprendedor. Tengo una editorial, Spain Media, que el año que viene cumple 20 años. Creo que hacemos las mejores revistas de este país: Forbes, Esquire, Tapas Magazine.... Y soy presidente de la Asociación de Editores de Revistas. Lógicamente, mis empresas son rentables, porque si no, quiebras. Pero no, no soy rico, ni el dinero es, digamos, mi gasolina.
Tendrá su buen casoplón.
Bueno, me encantan los jardines, el paisajismo, y digamos que lo que he conseguido en todo este tiempo, además de montar la editorial, es tener un jardín que cuidar.

Hablando de casas, ¿cuánto dinero hay metido en la Forbes House?
El edificio está en alquiler y hemos tenido una obra que ha costado 6 millones y medio de euros, que salen de mí, como promotor, y de los socios fundadores, que han pagado su respectiva cuota para afiliarse al proyecto. Estoy muy orgulloso, es una idea mía y es la primera y única Forbes House de todo el mundo.
¿Estar aquí es estar en ‘la pomada’? ¿Cuánto cuesta ser miembro de este club?
Mira, lo de la pomada no me disgusta. Para entrar, lo primero es que uno de los socios te tiene que invitar, y luego te tiene que aceptar el resto. La cuota es de 400 euros al mes. Somos el club más caro de España.
¿Eso es calderilla para su público objetivo?
Claro. Aquí no vienen los ricos, ricos. Vienen ejecutivos, políticos, profesionales, gente interesante. Mi aspiración es que sea un sitio en el que hay que estar. Donde pasen cosas. Donde los socios estén cómodos, pero también se atrevan a salir de su zona de confort, con invitados rompedores de todos los ámbitos, porque, si no, corres el riesgo de convertirte en un museo.
¿Qué mueve el mundo? ¿El dinero, el sexo, el poder?
El dinero y el amor, que no solo el sexo. Por este orden. El amor como energía. Lo que pasa es que yo tengo una opinión sobre el dinero un poco particular. El dinero es un convencionalismo. Cuando se produjo el apagón, por ejemplo, el dinero se convirtió en algo relativo, y valía más tener una vela o una radio a pilas. El dinero solo es una herramienta, una llave inglesa, una navaja suiza para poder hacer cosas. No es lo mismo una navaja en manos de Miquel Barceló, que te hace una obra de arte, y, en manos de otro, que es un arma homicida. La navaja en sí misma no tiene ningún valor.
Hombre, entre otras cosas, usted pide 400 navajas para ser socio de Forbes House.
Sí, pero lo que me interesa del socio no son sus navajas, sino lo que pueda aportar a la casa. No es que esto sea una casa de caridad. Pero no todo tiene un precio. Casi todo, sí. Pero el dinero no puede comprar el amor. Nadie te quiere por dinero. Querer de querer. Los abrazos no se dan por dinero.
Bueno, también está lo de “por el interés te quiero, Andrés”. ¿Ha cumplido sus sueños de niño?
Jajaja. Hay gente que me llama Andrés Forbes, y no te negaré que eso sube mi ego. Soy hijo de una familia de clase media-alta. He ido al colegio público del barrio y a la Universidad pública. He picado y sigo picando mucha piedra todos los días a lo largo de mi vida, tengo 100 nóminas a mi cargo, lo que pasa es que disfruto tanto de mi trabajo, que no lo veo como un castigo. Y, sobre mis sueños, es que considero que, con 60 años, estoy pensando cómo disfrutaré y aprenderé los siguientes 15 o 20, que es lo que puedo otear que me queda estando bien.
Usted es un ‘boomer’, ¿cómo ve el futuro de los jóvenes?
Bueno, los tengo en casa. Tengo una hija de 28 y dos hijos de 20. Mi hija está trabajando y no otea la posibilidad de comprar una casa. Pero también te digo una cosa, cuando yo compré la mía, los intereses estaban al 20% . Sobre esa frase de que la siguiente generación va a vivir peor que nosotros, no estoy muy seguro. Lo que sí veo es que sus valores no son igual que los nuestros. Igual ahora no hay gente que quiera trabajar un montón de años para conseguir una casa, y sopesan el tiempo de ocio y trabajo de otra forma.
¿Hay gente que no quiere salir en su lista?
En España, con la educación judeocristiana, no tiene buena prensa ser rico. Parece que hayas hecho algo malo. Nos pesa la culpa. Y, sobre lo que preguntas, mira, en esto suele ser lo contrario que dicen. Quien dice que no quiere salir, en el fondo le gusta. Y el que no quiere, como luego, en la lista, aparece con mucho menos dinero que el que tiene, pues tampoco protesta. Y pasa una cosa curiosa, incluso con fortunas muy señaladas: cuando me preguntan qué tienen que hacer para no salir en la lista, siempre les digo: dona a Cáritas y así no sales.
Se ha puesto de moda la expresión ‘lujo silencioso’ ¿No es un oxímoron?
Mira, el que va presumiendo de ir como un árbol de Navidad, lleno de marcas, normalmente está tieso. Tiene para comprarse las bolas del árbol. O son falsas. Los auténticos ricos pata negra no salen, no quieren salir, ni en ¡Hola! ni en CincoDías. Lo cual no quiere decir que esas revistas no den información utilísima. Soy superfán de ¡Hola!. Ahí están los que quieren lucir vida social, o apellido, o que han casado bien a las hijas. Tampoco son peores que los discretos. Una cosa que están haciendo bien es mostrarnos a esos jóvenes que van a heredar títulos y patrimonios. Así ves cómo van a evolucionar esas familias, la burguesía, los apellidos. O te estudias el ¡Hola! o te acabas perdiendo.
El dinero ya sabemos que sí, pero ¿el talento se hereda?
Unos sí, y otros no, como los pimientos de Padrón. O lo hereda uno de los hijos y hace crecer el negocio, y los otros lo despilfarran: el talento y el dinero.
Aquí, a la vuelta de la esquina, hay gente durmiendo en la calle, ¿la ve cuando viene a la oficina?
Claro que la veo. Y se me cae el alma a los pies. Me produce una combustión interna, porque yo soy un caso de éxito empresarial, y represento a una marca que es éxito y dinero. Durante un segundo, los veo, me planteo hablar con esa persona del saco de dormir y decirle: en qué te puedo ayudar. Pero no me atrevo. En ese segundo, se me abren las entrañas, pero continúo caminando.
Me parece su respuesta más sincera y genuina.
Paso por delante, sufro, y, cuando pasan unos metros, pues intento que se me olvide y me pregunto: ¿Esta es la Europa que queremos? ¿Qué hostias hacemos con esta gente? ¿No somos capaces de que estas cosas no sucedan?
ANDRES 'FORBES'
Andrés Rodríguez (Madrid, 60 años) recibió hace más de una década la llamada de la familia Forbes proponiéndole publicar la versión española de su centenaria revista en España. Les dijo que no tres veces, hasta que, a la tercera, le convencieron. Periodista de formación, Rodríguez, llevaba unos años como fundador, empresario y editor del grupo Spain Media y presidente de la Asociación Española de Editores de Revistas. Desde 2013, cada año, Forbes España publica la tracional lista de los 100 más ricos de España, cuya edición de 2025 será presentada a principios de noviembre. En este caso, el genérico "ricos", masculino, es, además, estadístico. De las 100 personas de la lista, en la que predominan los sectores de la moda, la alimentación y el ladrillo, solo 29 son mujeres. Y las dos primeras posicionadas son Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, dueño de Inditex, y, a sideral distancia, Hortensia Herrero, esposa de Juan Roig, el dueño de Mercadona. La paridad de esta lista, como la de tantas otras, es, por ahora, una entelequia.
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