Nvidia, el gigante que alimenta la ola de la IA
La compañía más valiosa del mundo, con más de cuatro billones de dólares de capitalización, ha cerrado operaciones espectaculares como las de OpenAI e Intel, pero también se multiplica financiando a firmas emergentes


Nvidia, el gigante estadounidense de los chips para inteligencia artificial (IA), se ha convertido este año en la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil gracias a la euforia de los mercados para esta nueva tecnología y su revolución para los próximos años. El grupo es la referencia para la industria, aunque también hay quien habla de una nueva burbuja.
En cualquier caso, esta posición ha llevado a la empresa dirigida por Jensen Huang a convertirse en un pilar central de la industria tecnológica. Desde esa posición ha protagonizado algunas de las operaciones corporativas más espectaculares de los últimos años, tanto por volumen como por trascendencia para la reconfiguración del propio sector.
Esta misma semana, Nvidia provocó un gran terremoto al anunciar una alianza estratégica con OpenAI, la start-up más valiosa del mundo gracias al éxito de ChatGPT. El movimiento lleva aparejado el compromiso de invertir 100.000 millones de dólares (más de 85.000 millones de euros) en la compañía de Sam Altman para el impulso de sus infraestructuras y servicios de IA. A través del acuerdo, se implementarán chips de Nvidia con una potencia de al menos 10 gigavatios para la ampliación de las infraestructuras de centros de datos de OpenAI, que tiene a Microsoft entre sus principales accionistas. “Vivimos una bonanza de la computación”, explicó el analista de Barclays, Tom O’Malley, quien destacó el potencial de nuevos ingresos para Nvidia.
El anuncio de la alianza entre Nvidia y OpenAI llegaba pocos días después de que el gigante de los chips de IA cerrase un acuerdo para invertir 5.000 millones de dólares en el histórico fabricante Intel, envuelto en una grave crisis financiera y operativa, con la toma de un 4% del capital. Esta última operación ha supuesto un paso más en la reestructuración de Intel que, en el mes de agosto, dio entrada en su capital al Gobierno de Donald Trump, con un 10%, y a la japonesa SoftBank, con una inversión de 2.000 millones. Y Apple puede ser la siguiente.
Entre medias, Nvidia anunció una inversión de más de 2.000 millones de euros en distintas start-up (empresas emergentes) del Reino Unido, entre las que figuran el conocido neobanco Revolut, la firma de conducción autónoma Wayve, la plataforma de vídeo asistido por IA Synthesia o la biotecnológica Basecamp Research. Y todo en el seno de un evento en Londres con la participación de Huang, del primer ministro británico, Keir Starmer, y de otros integrantes de su Gobierno. El consejero delegado de Nvidia había acompañado a Donald Trump en su último viaje oficial a Reino Unido, que incluyó una cena de gala en el Castillo de Windsor con la familia real británica, en el que además de Huang estuvieron otros líderes tecnológicos estadounidenses como Tim Cook, Sam Altman y Satya Nadella.
Esta relevancia mediática y el hecho de situarse en la cresta de la ola de la industria tecnológica han tenido su repercusión en los mercados financieros. Nvidia acumula una revalorización cercana al 35% desde principios de año, y del 50% en los últimos doce meses, llevando a la acción a marcar un máximo histórico por encima de los 184 dólares. En los últimos cinco años, los títulos suben casi un 1.300%. Con este avance, es ya la empresa más valiosa del mundo, por delante de Microsoft, Apple y Alphabet, y la primera en superar la icónica cota de los cuatro billones de dólares. Una capitalización que solo Microsoft ha podido alcanzar, y a la que aspiran Alphabet y Apple.
La comunidad financiera sigue confiando en Nvidia. El precio objetivo medio de los analistas que siguen a la compañía ronda los 213 dólares, lo que supone un potencial de revalorización del 19% en relación con el precio actual. Bernstein, Mizuho Securities, BNP Paribas, Cantor Fitzgerald o Evercore ISI tienen su precio objetivo por encima de la media.
En este escenario, Jensen Huang ha pasado a situarse en los primeros puestos del ranking de los más ricos del mundo. Actualmente está en el noveno puesto, con una fortuna cercana a 160.000 millones de dólares, por detrás de Bernard Arnault y por delante de Warren Buffett, Michael Dell y Bill Gates.
La explosiva evolución bursátil de la firma con sede en Santa Clara (California) ha sido utilizada por Donald Trump para defender sus políticas. En julio pasado, el presidente de Estados Unidos no dudó en publicar un eufórico mensaje en las redes sociales: “Nvidia ha subido un 47% desde los aranceles de Trump. EE UU está recibiendo cientos de miles de millones de dólares en aranceles. El país ha regresado”.
Aunque estuvo ausente en la cena que Trump mantuvo en la Casa Blanca a principios de septiembre con los directivos de las big tech, el consejero delegado de Nvidia ha mantenido distintas reuniones con el mandatario. Entre las más destacadas está la que tuvo lugar el pasado verano tras el anuncio de que la empresa y otros fabricantes estadounidenses podrían vender chips en China. La prensa especializada ha apuntado que Huang, nacido en Taiwán hace 63 años, se ha involucrado en la negociación para suavizar las relaciones entre ambos países, enconadas durante meses por la implantación de agresivos aranceles. Esta gestión le habría llevado a realizar viajes a China para reunirse con las autoridades.
No se trata de una simple mediación. La opción de comercializar sus equipos en el gigante asiático es muy importante para el futuro de Nvidia que, no obstante, no ha dejado de mejorar sus resultados. En el segundo trimestre de su ejercicio fiscal, cerrado en julio, el grupo registró unos ingresos de 46.700 millones de dólares, un 56% más que en el mismo periodo del año anterior, y ganó 26.422, un 59% más. La compañía devolvió a sus accionistas más de 24.600 millones en el semestre entre recompras de acciones y dividendos. Su objetivo es alcanzar los 54.000 millones en ingresos en el trimestre en curso. Es decir, tal y como han apuntado distintos analistas, la cota de los 200.000 millones anuales está a la vista.
Gracias a su fuerza financiera, Nvidia ha podido aplicar también una estrategia de inversiones en nuevas start-up, especialmente en el mundo de la IA. Tanto es así, que en Estados Unidos se sitúa al grupo tecnológico como uno de los grandes creadores de unicornios, como se conoce a las compañías emergentes que alcanzan una valoración superior a 1.000 millones de dólares. En los últimos tres años, Nvidia ha participado en cerca de un centenar de rondas de financiación de estas empresas. La última ha sido esta semana, con su participación en la ronda de 1.100 millones de Nscale, desarrollador de centros de datos para IA, junto a Aker ASA, Point71 y Nokia.
Dentro de su estrategia, Nvidia ha participado en rondas de financiación de grupos como OpenAI; xAI, compañía impulsada por Elon Musk; Thinking Machines Lab; Scale AI; o Perplexity. Parece que Nvidia está en todas partes y que todos los grupos financieros quieren tenerla como socia en estos procesos multimillonarios de inversión, gracias a lo que algunos han definido como su “magia para los unicornios”.
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