El fabricante de los Ferrero Rocher acuerda la compra de los cereales Kellogg’s por 2.650 millones

La multinacional italiana Grupo Ferrero ha anunciado este jueves la compra de WK Kellogg, la empresa estadounidense detrás de la fabricación de los conocidos cereales Kellogg’s, en una operación valorada en 3.100 millones de dólares, unos 2.652 millones de euros.

Según han detallado ambas compañías mediante un comunicado conjunto, Ferrero pagará 23 dólares por acción de Kellogg en efectivo, lo que representa una prima de alrededor del 31% sobre el precio de cierre de Kellogg el miércoles.

El acuerdo, de recibir el visto bueno de los accionistas de la empresa de cereales, combinará al fabricante de la crema de chocolate Nutella con WK Kellogg, ampliando así el imperio de alimentación que ya tiene Ferrero y la diversificación de su cartera más allá de los productos de chocolate en un momento de precios más altos de cacao.

Las acciones de WK Kellogg suben un 31% este jueves en Wall Street, hasta 22,86 dólares, ligeramente por debajo del precio de la oferta de Ferrero. En las operaciones previas a la apertura de las Bolsas estadounidenses, los títulos habían subido hasta 27,90 dólares tras las primeras informaciones sobre el acuerdo.

Controlada por el multimillonario Giovanni Ferrero, el nieto de los fundadores, la empresa de confitería italiana ha emprendido una oleada de adquisiciones para entrar con más fuerza en EE UU, centrándose, según Bloomberg, en marcas que a menudo están en el punto de mira de las autoridades sanitarias y de las cambiantes tendencias de consumo. Ferrero, que el año pasado registró un aumento del 9% en sus ventas hasta dejarlas en 18.400 millones de euros, compró el fabricante de helados Bomb Pops en 2022.

La unión de fuerzas con Kellogg continuará la estrategia de Ferrero de “unir nuestras conocidas marcas de todo el mundo con joyas locales en EE UU”, ha afirmado Giovanni Ferrero en el comunicado. Ferrero invertirá y hará crecer marcas clave de Kellogg como Frosted Flakes y Rice Krispies y “otras más que son muy queridas por los consumidores estadounidenses”.

La adquisición por Ferrero podría impulsar un negocio que ha estado luchando por crecer desde que Kellogg’s se dividió. En 2023, la matriz de la que proviene WK Kellogg se partió en dos dando origen por un lado a la empresa ahora en la órbita del Grupo Ferrero y por el otro al negocio de aperitivos rebautizado como Kellanova, el dueño de la marca de patatas fritas Pringles.

En mayo, Kellogg recortó sus previsiones de ventas anuales, y su consejero delegado, Gary Pilnick, señaló un “entorno operativo difícil”, ya que los consumidores se alejan de los alimentos azucarados y se decantan por opciones más baratas de cereales de marca blanca. Según las cifras preliminares publicadas este jueves, la empresa espera que las ventas caigan hasta situarse entre 610 y 615 millones de dólares en el segundo trimestre, frente a los 663 millones del primer trimestre.

Pilnick afirmó que la incorporación a Ferrero proporcionará a Kellogg mayores recursos y más flexibilidad para hacer crecer sus marcas. A pesar de la absorción, Pilnick ha adelantado que la localidad de Battle Creek, situada en el estado de Michigan, seguirá siendo una de las principales sedes de la empresa y ejercerá como sede de la división de cereales de Ferrero en Norteamérica.

Desde hace varios años, la consolidación entre las empresas de bienes de consumo ha sido una realidad en un sector golpeado por la inflación y el aumento de los costes de las materias primas, con los precios del cacao casi triplicándose desde 2023. Ahora, la guerra arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, añade más quebraderos de cabeza a empresas que a menudo operan con márgenes no demasiado elevados.

El acuerdo ha sido aprobado por unanimidad por el consejo de Kellogg y se espera que se cierre en el segundo semestre de 2025. Por otro lado, el WK Kellogg Foundation Trust y la familia Gund han acordado vender su participación del 21,7% en la empresa, según el comunicado.