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La Reserva Federal mantiene los tipos y prevé solo recortar 0,5 puntos este año pese a las presiones de Trump

El banco central de Estados Unidos prolonga la pausa mientras el republicano llama “estúpido” a su presidente. Jerome Powell insiste en esperar y ver porque aún no se conoce el impacto de los aranceles en la inflación y la economía

Jerome Powell
Miguel Jiménez

Ni dos puntos, como pedía Donald Trump, ni uno, ni medio, ni un cuarto. Tal y como se esperaba, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió este miércoles mantener los tipos de interés en el 4,25%-4,5% a pesar de las constantes presiones del presidente de Estados Unidos, poco respetuoso con la independencia del banco central. Además, los miembros de la Fed han actualizado sus proyecciones sobre la economía estadounidense y prevén menos crecimiento, más inflación y solo rebajar los tipos 0,5 puntos hasta fin de año, posiblemente en dos recortes de 0,25 puntos, aunque eso no lo detalla. El presidente, Jerome Powell, ha insistido en la incertidumbre generada por los aranceles (sobre todo en la inflación), en la solidez de la economía y en que la Reserva Federal está “bien posicionada para esperar” antes de mover el precio del dinero. Las declaraciones de Powell han enfriado los ánimos de Wall Street, que ve un poco más lejos los recortes de tipos.

Este mismo miércoles, en plena reunión de la Fed, Trump ha arremetido contra Powell. “Tenemos a una persona estúpida, francamente, un miembro de la Reserva Federal que probablemente no recortará los tipos”, dijo aprovechando los trabajos de instalación de dos nuevas banderas en la Casa Blanca. “No sé si es un político. No es una persona inteligente, pero le está costando una fortuna al país. Así que él se va en unos nueve meses, tiene que irse, afortunadamente será destituido”, añadió.

“¿Puedo nombrarme a mí mismo? Haría un trabajo mucho mejor que esta gente. En fin, deberíamos estar dos puntos por debajo. Estaría bien estar dos puntos y medio por debajo", añadió Trump, con lo que recordaba una vez más al presidente populista venezolano Hugo Chávez, que también tuvo la tentación de inmiscuirse en las decisiones del banco central provocando un colapso en los mercados monetarios.

Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión, ha rehuido de nuevo entrar al trapo de las provocaciones de Trump, pero ha dejado muy claro que no se doblegará a sus presiones. “Para mí, es sencillo”, ha contestado a una pregunta sobre los insultos de la Casa Blanca, refiriéndose después a la buena situación de la economía estadounidense. “Eso es lo que cuenta. Es lo único que cuenta. No pienso en otra cosa”, ha señalado contundente.

El comunicado de la Fed señala que “la incertidumbre sobre las perspectivas económicas ha disminuido, pero sigue siendo elevada”. Insiste en que las decisiones futuras dependerán de la evolución de los datos. Los inversores creen que los tipos de interés se mantendrán en el nivel actual en la reunión del próximo 30 de julio, y las palabras de Powell hacen muy poco verosímil un recorte antes de septiembre, cuando haya más datos sobre el nivel final de los aranceles y sobre su impacto en los precios. El comité de mercado abierto ha decidido mantener los tipos por unanimidad.

Como en la última reunión de cada trimestre, la Fed publica su Resumen de Proyecciones Económicas, en el que los miembros dan sus previsiones sobre el crecimiento del producto interior bruto, la tasa de paro, la inflación y los tipos de interés oficiales a final de este año y de los próximos. En marzo, la última vez que publicaron sus pronósticos, antes del mal llamado Día de la Liberación, los miembros de la Fed ya se inclinaban por dos recortes de 0,25 puntos hasta fin de año, hasta el nivel del 3,75%-4,00%.

La nueva hoja de ruta refleja las dificultades a las que hace frente el banco central, cuyo doble mandato es procurar la estabilidad de precios y el pleno empleo. La política económica y comercial de Trump, especialmente con sus cambiantes aranceles, dificulta la consecución de ambos y, sobre todo, añade incertidumbre, porque ni siquiera se sabe en qué quedarán sus medidas. La Fed, en todo caso, parece menos preocupada por el empleo que por los precios: “La tasa de desempleo se mantiene baja y las condiciones del mercado laboral siguen siendo sólidas. La inflación se mantiene algo elevada”, sostiene Powell.

Los miembros de la Fed prevén este año menos crecimiento (el 1,4%), más paro (4,5%) y más inflación (3%) que hace tres meses. En esa hoja de ruta establecen también el tipo de interés que consideran apropiado. Se trata, obviamente, de una previsión cualificada, puesto que los que pronostican son los que tomarán la decisión de fijar el precio del dinero. Eso, sin embargo, no les compromete, y es frecuente que sus previsiones no se cumplan, al variar las condiciones económicas subyacentes. La Fed prevé ahora un recorte menos de tipos en 2026, de modo que el precio del dinero se situaría a final de ese año en el 3,5%-3,75%, 0,25 puntos por encima de lo que esperaba en marzo. Al año siguiente, bajarían otra vez hasta el 3,00%-3,25%.

Esperar y ver

La tesis de la Reserva Federal es que la política monetaria está situada en un punto que le permite darse el lujo de esperar y ver. Como ha explicado Powell en la rueda de prensa posterior a la reunión, la Fed aún no puede calibrar el impacto final de la guerra comercial, lo que refuerza su planteamiento. “Estamos viendo artículos que suben de precios, y en general todas las empresariales indican que las empresas esperan transmitir el aumento de costes en la cadena de valor, es decir, hasta el consumidor. Pero el impacto y la duración de este efecto es incierta, por eso creemos que tener más información” antes de mover los tipos de interés.

Hasta el momento, Powell ha sabido pilotar la economía estadounidense hacia un aterrizaje suave: reducir la inflación hasta cerca del objetivo de estabilidad de precios del 2% sin provocar pérdidas masivas de empleo ni una recesión en toda regla. Los aranceles son turbulencias en ese aterrizaje, está por ver, primero, cuál es el nivel último de estos aranceles, como ha insistido en varias ocasiones en su comparecencia, en qué medida llegan al consumidor y si sus efectos son puntuales o persistentes. “Estamos bien situados para esperar a saber más sobre el curso probable de la economía antes de considerar cualquier ajuste de nuestras políticas”, ha remarcado. La guerra entre Israel e Irán y el riesgo de escalada del conflicto complican más el panorama, pues ha encarecido el petróleo y eso se trasladará a los surtidores de gasolina y al índice de precios de consumo. “La incertidumbre alcanzó máximos en abril, pero sigue siendo alta”, indicó.

Trump, mientras, falta al respeto a Powell, al que ha llamado “imbécil” y “estúpido” y al que apoda “demasiado tarde”. Acostumbrado como está a saltarse las leyes, el republicano quiere que el presidente de la Fed ignore su mandato legal y baje los tipos de interés para abaratar la financiación de la deuda pública, que se disparó en el primer mandato de Trump y seguirá creciendo a fuerte ritmo en el segundo.

En realidad, una rebaja de los tipos a corto plazo no garantiza su traslación a los tipos de la deuda del Tesoro a largo plazo, que han aumentado por la desconfianza que genera Trump y no por la política monetaria de Powell. Si los inversores pierden la fe en que el banco central peleará por mantener a raya los precios, las rebajas de tipos podrían resultar contraproducentes.

Trump se queja de que tiene muchos vencimientos a corto plazo y dice que espera refinanciarlos por unos meses hasta que se vaya Powell y nombre a otro presidente de la Fed. Entre los potenciales candidatos está su secretario del Tesoro, Scott Bessent.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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