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Ford retira sus previsiones anuales tras admitir un impacto de 1.500 millones de dólares por los aranceles

Las ventas y los beneficios de la compañía se redujeron en el primer trimestre

Una planta de montaje de Ford en Louisville (Kentucky).
Miguel Jiménez

La guerra comercial continúa pasando factura a las empresas estadounidenses. Si la semana pasada fue General Motors el fabricante de automóviles que admitió un impacto multimillonario por los aranceles aprobados por Donald Trump, este lunes ha sido Ford la compañía que ha retirado sus previsiones después de estimar un impacto de 1.500 millones de dólares en su resultado neto de explotación ajustado. Eso, a pesar de que Trump rectificó parcialmente sus medidas proteccionistas y suavizó en el último momento los aranceles al sector.

Las cosas pintaban bien para Ford este año. En el primer trimestre, antes del impacto de los aranceles, los resultados superaron las previsiones de los analistas, pese a la caída de ventas y beneficios. El negocio subyacente de la compañía es sólido y se mantiene dentro del rango previsto anteriormente para el resultado neto de explotación ajustado, de entre 7.000 y 8.500 millones de dólares, dice la compañía, pero con una importante salvedad: “sin incluir los nuevos impactos relacionados con los aranceles”.

“Basándose en la información de la que dispone actualmente y en sus previsiones sobre cómo se resolverán determinados detalles y cambios relacionados con los aranceles, la empresa estima que el impacto neto adverso en el resultado de explotación ajustado será de aproximadamente 1.500 millones de dólares para todo el año 2025″, indica la compañía en un comunicado registrado en la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés).

En realidad, el impacto habría sido originalmente de 2.500 millones de dólares, pero la empresa espera compensar 1.000 millones mediante medidas como el uso del denominado transporte en depósito para proteger las piezas de los gravámenes al cruzar las fronteras internacionales.

La empresa, además, ha decidido suspender sus previsiones, “dados los riesgos importantes a corto plazo”. Ford destaca especialmente la posibilidad de que se produzcan interrupciones en la cadena de suministro de todo el sector que afecten a la producción, la posibilidad de que se impongan aranceles futuros o se aumenten los actuales en Estados Unidos, los cambios en la aplicación de los aranceles, incluidas las compensaciones arancelarias, los aranceles de represalia y otras restricciones por parte de otros gobiernos, y los posibles efectos relacionados en el mercado, y, por último, la incertidumbre política asociada a la política fiscal y de emisiones.

Los aranceles de Trump pueden cambiar de la noche a la mañana en función de los caprichos del presidente y las reacciones internacionales a los mismos son incontrolables, viene a decir. Eso genera una incertidumbre que retrae las inversiones y dificulta la predictibilidad del negocio. Además, las subidas de precios aparejadas a los mayores costes pueden provocar que la demanda se retraiga.

“Se trata de riesgos importantes para el sector, que podrían tener un impacto significativo en los resultados financieros y que hacen difícil actualizar las previsiones para todo el año en este momento, dada la variedad de resultados posibles”, concluye la empresa con sede en Dearborn (Michigan).

La empresa espera poder volver a publicar previsiones dentro de tres meses, en la presentación de los resultados del segundo trimestre, si para entonces el panorama regulatorio, arancelario y económico está más claro.

Trump suavizó la semana pasada los aranceles al sector del automóvil, que ha parcheado una y otra vez, con dos disposiciones. Por un lado, decretó que no debían imponerse simultáneamente aranceles al aluminio y el acero a los componentes realizados con esos materiales. Por otro, modificó los aranceles del 25% sobre las importaciones de piezas de automóviles, permitiendo a los fabricantes reclamar una compensación de hasta el 3,75% del valor de un vehículo fabricado en Estados Unidos el primer año y el 2,5% el segundo año. En ambos casos, las medidas se tomaron con efectos retroactivos, lo que da idea de la inseguridad jurídica y la arbitrariedad que Trump ha convertido en moneda de cambio.

La exposición arancelaria de Ford es menor que la de General Motors, que cifró el impacto entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, ya que Ford produce en el país en torno al 80% de los automóviles que vende en Estados Unidos.

Caída de las ventas

Las ventas de Ford cayeron un 5,2% en el primer trimestre del año, hasta los 40.659 millones de dólares. El beneficio neto se redujo de 1.332 a 471 millones de dólares, lastrado por esas menores ventas.

“Estamos reforzando nuestro negocio subyacente con una calidad significativamente mejor y nuestro tercer trimestre consecutivo de mejora interanual de los costes, excluyendo el impacto de los aranceles”, declaró Jim Farley, presidente y consejero delegado de Ford, en el comunicado de resultados. “Ford Pro, nuestra mayor ventaja competitiva, ha comenzado el año con fuerza, ganando cuota de mercado en los segmentos de clientes más rentables de Estados Unidos y Europa”, añadió en referencia a su división de vehículos para empresas.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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