Trago goloso y fresco

El vino actúa como la maga Circe (la diosa hija del Sol), que con su hechizo es capaz de sacar lo mejor (bebido con moderación) y lo peor (tomado en demasía) de nosotros. Y otorgar el don de la ebriedad, que es el espejo en el que se refleja nuestra personalidad oculta.

Pues bien, la bodega Avelino Vegas parte del mito griego, con toda su carga simbólica, para ofrecer a un mercado aquejado de pertinaz astenia vínica (pero no abstemio) un blanco de enamoradiza originalidad. Empezando por el envase, una novedosa botella de cristal que rompe moldes y aporta el llamativo reclamo de lo singular; siguiendo por la audaz etiqueta troquelada, que resalta la intención vanguardista del diseño; para terminar por el propio vino, un envite báquico a favor de la delicadeza gustativa, el aroma refinado y la emoción sensual del trago goloso y fresco. Todo con el objetivo de ganarse a un público joven al que busca atraer con el encanto de un producto pensado fundamentalmente para ellos.

Puede pensarse que un diseño así se basa en lo banal, lo superficial, lo comercial. Todo lo contrario. Avelino Vegas ha elaborado su Circe con excelentes uvas verdejo de viñas viejas, cuidadosamente seleccionadas y con una elaboración perfecta. Por eso, el vino baña la nariz en profundas aguas aromáticas de frutas (tropicales y carnosas), flores blancas y hierbas de monte. Y armoniza con magia y equilibrio lo dulce y lo amargo, sin perder el ensalmo ácido de su elegante y suave textura.