Impedimentos maritales
Resulta difícil sentir simpatía cuando los millonarios se divorcian. Sin embargo, después de algunas megaindemnizaciones en varios juicios ingleses recientes, la revisión de la ley es bienvenida. Aunque el matrimonio no es una transacción comercial, los ricos en especial podrían beneficiarse de la posibilidad de alcanzar acuerdos prematrimoniales de obligado cumplimiento.
Las leyes de Inglaterra sobre divorcio son un desastre. Esto genera una enorme incertidumbre en cuanto al reparto de los activos en el momento en que las parejas se separan.
A diferencia de las formularias divisiones del continente europeo, un divorcio londinense puede parecer una aventura. Es algo realmente importante cuando las cifras en cuestión son muy elevadas.
Para cualquiera del sector empresarial y financiero acostumbrado a manejar mucho dinero y contratos de peso, los acuerdos prematrimoniales parecen la solución más evidente.
Pero hasta hace poco, estos tenían poca fuerza. Un hecho que cambió en octubre, cuando una disputa entre la heredera alemana Katrin Radmacher y su ex marido francés, un antiguo banquero, llevó al Tribunal Supremo a sentenciar que los acuerdos prematrimoniales serían decisivos siempre que fuesen "justos".
La pega es que sigue habiendo mucho margen para el desacuerdo respecto a lo que es "justo", y esta decisión está en mano de los jueces ingleses.
No hay motivo, en principio, para que dos adultos no tengan libertad para establecer un contrato entre ellos a fin de ahorrarse disputas y gastos más tarde. Así que sería mejor que la ley referida a los contratos prematrimoniales se plasmase en los códigos en vez de estar sujeta al criterio de los tribunales.
Para que un régimen así sea sólido, sería necesario que a ambas partes se les exigiese dar a conocer completamente sus activos y asesorarse legalmente de manera independiente. Después de todo, cualquier transacción debería conllevar cierta debida diligencia.
Afortunadamente, esta parece ser la dirección que ha tomado la Comisión Legal, cuya consulta comenzó el 11 de enero. Puede que las cláusulas de ruptura matrimonial estén ahora mal vistas en las fusiones y adquisiciones del Reino Unido. Pero hay algunos tratos en los que siguen teniendo cabida.
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