Peret eleva la "marginada" rumba catalana a los altares académicos

A golpe de genio, de guitarra, de ventilador y de furia, Pere Pubill Calaf, Peret, no ha cejado en su empeño de llevar la música que adora, la rumba catalana, hasta el altar de la academia. Y lo ha conseguido. El Conservatorio del Liceo de Barcelona dará cabida de noviembre a diciembre al Curso de Introducción a la Rumba Catalana, "apadrinado y dirigido" por el mismo Peret, que insiste en que esta música cumple ahora 50 años. ¿Pero de qué va una clase de rumba? ¿Quién se apunta? Hay 25 plazas para aquellos que quieran seguir un "curso de estilo", de perfeccionamiento musical en el ámbito de la rumba catalana y lo que supone. Serán necesarios conocimientos de "música practicada y leída". El que se apunte a guitarra deberá saber tocarla y tendrá que saber leer partituras. No entra cualquiera. De momento, no hay requisitos para la inscripción.

Hay cuatro itinerarios distintos -guitarra, bajo, piano y percusión-, a los que hay que sumar el baile. "¿Tú cómo bailas?", pregunta Peret al periodista, y se contesta él mismo: "Pues dependende de la letra, del ritmo: no es lo mismo un vals que un tango. Con la rumba, igual". Esa receta, y mil más, va a ofrecer el rey de la rumba a sus alumnos. La directora general del Conservatorio, Maria Serrat, reconocía que el curso, de 22,5 horas en 15 sesiones, es el embrión de un grado universitario, de la misma manera que lo es hoy la guitarra flamenca en algunos centros.

El porqué de este curso lo tiene muy claro el creador de Borriquito como tú: porque la rumba "ha estado marginada", y añade que "si no se hace este curso, la rumba se ha acabado". Lo ve complicado Peret, pero también con esperanza, sobre todo por el claustro de profesores. Ramón Giménez (Ojos de Brujo), Rogeli Herrero (Los Manolos) y Antoni Sicus Carbonell (Sabor de Gracia) son algunos de los encargados de dar clases de especialidad instrumentística y de teoría de la rumba. La reglamentación o, como mínimo, la puesta en solfa de la teoría musical de la rumba es una materia pendiente desde hace décadas. Con este curso se llenan un vacío y también muchas esperanzas.