Dos regresos al golf, dos caminos

A uno no le acompaña la mente y al otro no le resiste el cuerpo.

Sergio García tiene 30 años y está en plenitud física, pero dice que últimamente no se divierte en el campo, que solamente sufre, que así no vale la pena continuar jugando y que ya veremos qué hace el año que viene. Desde el Campeonato de la PGA, a mediados de agosto, no coge los palos y la única sonrisa que se le recuerda se vio este fin de semana en Gales, durante la Copa Ryder, investido como vicecapitán, cuando hablaba por un walkie con sus compañeros. El chico acabó tan harto del golf que hasta hizo su debut durante ocho minutos como extremo derecho del Borriol, el club de fútbol de Tercera División que preside, porque le hacía ilusión.

El caso contrario es el de Chema Olazábal. A él no le faltan ganas por volver a jugar a los 44 años, ni ilusión. A él lo que le falla es el cuerpo, le machacan los dolores de espalda. Esta temporada solo cuenta una aparición, en el Open de Francia, en julio, y casi más obligado por las obligaciones de patrocinio que por su estado de forma. Antes, acumuló ocho meses de parón forzoso. Desde entonces, también está en blanco.

Ahora ambos, García y Olazábal, volverán a encontrarse en el Masters de Castellón, del 21 al 24 de octubre. Dos regresos por dos caminos diferentes. Los dos golfistas se encontraron en Gales como vicecapitanes europeos. Cada uno con su historia a cuestas. El joven participó de la fiesta, liberado de presión. El veterano fue homenajeado como uno de los héroes de la Ryder, junto con Seve Ballesteros. Y Colin Montgomerie le señaló ayer como el futuro capitán de Europa. Olazábal cogió el guante: "Si mi salud me lo permite, solo hay una respuesta: sí".