Baltar no podrá pedir crédito en año electoral

El anuncio del Gobierno de abrir la mano para que los ayuntamientos con una deuda inferior al 75% de sus ingresos corrientes puedan pedir nuevos créditos en 2011, ha empujado a las instituciones gallegas a hacer cuentas. Muchos alcaldes respiran, es el caso de seis de los siete grandes ayuntamientos que cumplen con los requisitos que exige el Minnisterio de Economía. El alcalde de Santiago, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, sabe ya que no podrá endeudarse en año electoral. Forma parte del 5% de ayuntamientos gallegos que no pasan el corte, su deuda representa el 76,5%. Como Vilagarcía (76,7%) o Boiro (88,6%). E igual que la Diputación de Ourense, que preside Xosé Luis Baltar y que con un déficit del 95,6% ve alejarse la posibilidad de pedir créditos para cortar nuevas cintas en pleno año preelectoral.

El organismo de Baltar confía en sanear sus cuentas antes de diciembre

La medida fue recibida por Carlos Fernández, presidente de la Fegamp, con "alivio" y prudencia. "Todavía no sabemos sobre qué año se va a aplicar la medida y desconocemos el efecto que produjo sobre los Ayuntamientos el anuncio del fin de los préstamos en 2011". Quien se lamentaba en mayo de la "angustia absoluta" en que estaban sumidos los Consistorios, celebra que Economía diferencie ahora entre "los que tienen un alto nivel de endeudamiento y los que tienen un nivel bajo".

La precaución de la Fegamp la comparte Rosa Fernández, concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Santiago, quien confía en que el margen del 75% sea "negociable". De no ser así, su consistorio vería cerradas las puertas del endeudamiento. La responsable de las cuentas en la capital de Galicia advierte en cualquier caso de que sólo optarían por el endeudamiento en "casos inaplazables" después del "esfuerzo inversor de los dos últimos años". "En nuestro Plan de Equilibrio Financiero ya no recogíamos la previsión de endeudamiento", apunta. Al borde de la prohibición se mueven también Rianxo (90,9%), Poio (89,9%) y Vilagarcía de Arousa si se toma en cuenta la deuda del 76,7% que acumuló en 2008, el último dato publicado. Su esperanza pende ahora de que la amortización de las deudas pendientes los sitúe en 2011 por debajo del 75% que fija el ministerio.

Caso especial es el de la Diputación de Ourense, atada por un endeudamiento del 95,6%. Un porcentaje "nefasto", según el portavoz nacionalista, Xosé Manuel Fírvida, que la Diputación achaca a los cuatro millones que les adeuda el Gobierno central. "No se trata de una deuda a largo plazo", apunta Francisco González, portavoz del organismo. "Tuvimos un retraso en la recepción de 10 millones de euros del Estado que cubrimos con una operación de tesorería". La confianza en que pueden cancelar la deuda cuando quieran y en que el Estado "ingrese antes de fin de año" los cuatro millones les hace recibir el anuncio con optimismo.

Menos esperanza muestran en la oposición. Alfredo García, portavoz del grupo socialista, tachó de "ingeniería financiera" las cuentas de la Diputación y advirtió a Baltar de que "el ministerio ya avisó de que vigilaría operaciones de ese tipo".