Viaje al interior del hogar español
Un siglo de vivienda, en una muestra sobre las necesidades domésticas
¿Cuánto tiempo y esfuerzo se ha necesitado para que un gesto tan cotidiano como abrir un grifo y lavarse las manos sea accesible a la mayoría de la población? Si la historia de las casas es la historia de sus habitantes, la exposición La vivienda protegida. Historia de una necesidad es un recorrido visual de los últimos 100 años de los españoles a partir de las cuatro necesidades domésticas: el baño, el comedor, el dormitorio y la cocina. En estos tiempos atentos a la memoria, la muestra, abierta en Arquerías de Nuevos Ministerios hasta el 28 de febrero, enfrenta al visitante a lo que fue, pudo ser y es la sociedad española del último siglo. Añade diez ejemplos actuales, modelos de excelencia.
Según explica el comisario Carlos Sambricio, los momentos clave que han marcado la política de la vivienda social son:
- Del tugurio al confort. A principios de siglo toda la familia vive, come, se lava y duerme en un mismo espacio... hasta los años veinte, cuando surge el debate sobre lo mínimo que debe tener una casa. Aparecen los muebles de cocina y los espacios domésticos quedan definidos.
- Vivienda bloque-patio-bloque. En los años treinta, la burguesía abandona el casco viejo y se traslada a los ensanches, lo que trae consigo la degradación del centro. La emigración rural demanda espacio y se construyen bloques de gran densidad en los ensanches cuya fórmula es: bloque-patio-bloque. ¿Cómo son esas viviendas? "Los que viven en la zona baja no ven la luz nunca y las condiciones son terribles", dice Sambricio.
- De los años de plomo a la modernidad. La Guerra Civil marca otro quiebro. Se rechaza todo lo que tenga que ver con la cultura de la República y las colonias para obreros. Surgen varios tipos de ciudades. Tomando como ejemplo Madrid: la ciudad militar (Campamento); la industrial (Villaverde); la artesanal y de la pequeña burguesía (Quevedo), y la de la alta burguesía (Almagro). La modernidad llegó en los años cincuenta, cuando los arquitectos proponen la industrialización de la vivienda para abaratar costes. La gran solución viene del diseño, con casas novedosas que crecen según lo va haciendo la familia. Barcelona mirará a Milán; Madrid, a Alemania y países nórdicos. Los jesuitas también tienen su papel, con Sáenz de Oiza al frente construyendo un poblado que quiebra la arquitectura oficial.
- La especulación. Ese gran momento de la arquitectura se rompe a mediados de los cincuenta cuando cambia la política de vivienda social: deja de ser de alquiler y se transforma en compra venta. Los grandes promotores convencen a la población de que se compre casa. "La idea de comprar", apunta el comisario, "hoy se está tímidamente empezando a cuestionar, y los dos grandes partidos, PSOE y PP, se plantean el alquiler. Eso es muy importante. Porque, ¿para qué 150 metros cuadrados?". La gran transformación de la sociedad y la familia reclama otro tipo de casas. "Ya casi nadie quiere pisos de 150 metros cuadrados, su mantenimiento es caro y si se vive solo es un disparate que cada casa tenga su lavadora, por ejemplo", comenta el profesor de Historia de la Arquitectura de la Escuela de Madrid. Pone como ejemplo edificios de apartamentos en Suiza donde el sótano concentra servicios comunes, como lavandería. "Esto hace que hoy nos estemos acercando a otra quiebra significativa en el modelo de vivienda".


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