Una España irreconocible, de calvario en calvario
Rudy, Navarro y los tiros libres evitan la derrota de la selección en un final dramático y con prórroga ante Eslovenia

Sangre, sudor y casi lágrimas le costó a España el billete para la segunda fase del Europeo. La victoria sobre Eslovenia zanjó la dramática posibilidad de que una derrota de Serbia en el partido que jugó a continuación contra Reino Unido eliminara a España. El final entre españoles y eslovenos, prórroga incluida, resultó de una intensidad casi insoportable. Dio la sensación en ese tramo de estar asistiendo a un deporte extremo más que a un partido de baloncesto. Desde que Eslovenia, con un parcial de 0-12, se situó a un punto (64-63) cuando quedaban cinco minutos, cada posesión, cada movimiento, acierto o error resultaron decisivos, hasta tal punto que el árbitro tuvo que acudir a la mesa de anotadores para saber si una canasta sobre la bocina de Lorbek, tras recoger el rebote en un tiro libre fallado de forma intencionada por Dragic, había sido válida o no. Se la dieron por buena y fue preciso disputar cinco minutos suplementarios en los que España siempre estuvo por delante, pero con el aliento de los eslovenos en el cogote.
Pau Gasol estuvo lejos de su colosal labor de rescate ante Reino Unido
Después de un sinfín de ajustes tácticos, tiros libres y esfuerzos extremos, el frenético trajín se zanjó por un codazo a destiempo de Jagodnik a Felipe Reyes cuando los eslovenos atacaban para situarse a tres puntos en el marcador. Esa falta antideportiva acabó de dar por fin el botín necesario a España para respirar con alivio cuando faltaba poco más de un minuto y medio para el final y pudo adquirir siete puntos de ventaja.
El largo final dramático, la necesidad de apelar a la heroica, de tirar por la vía de en medio y exprimir el talento y la muñeca de Navarro y Rudy para forzar faltas y anotar desde la línea de tiros libres en el juego del gato y el ratón en que desembocó el partido, se debió al desplome del equipo español en los últimos 11 minutos. Al borde del colapso por agotamiento, la defensa española se vio sorprendida cuando los eslovenos adelantaron las líneas y recuperaron casi los 15 puntos de desventaja (62-47) que llegaron a acumular.
Entre las lesiones y la decisión de Sergio Scariolo de reducir el trasiego de cambios, España jugó con ocho jugadores, sin Garbajosa, Claver, Mumbrú ni Raúl López. Entre eso y que las constantes del equipo se mantienen lejos de su potencial, estuvo a punto de no servir de mucho el buen juego que la selección desplegó durante tres cuartas partes del partido. El cortocircuito posterior delató la falta de consistencia de su juego.
Es cierto que logró encontrarse a gusto durante varias fases y a encajar algunas piezas. Rudy dotó al equipo de una marcha adicional. Pau Gasol estuvo lejos de su colosal labor de rescate ante Reino Unido, pero continuó manteniendo una buena línea en el interior de la zona. Reyes aportó su calidad desde la media distancia y se fajó como un jabato. Navarro volvió a ser el tipo inquietante, imprevisible y letal para quienes apechugan con la labor de frenarle. Se recobraron algunos trazos del juego colectivo que no se vieron en los dos primeros partidos. El equilibrio entre el juego interior y el juego exterior dotó al equipo de más soluciones.
La superioridad en el cuerpo a cuerpo le dio muchos réditos a España. Eslovenia no lanzó su primer tiro libre hasta el minuto 15. Para entonces, los españoles ya habían acudido diez veces a la línea de libres y Zdovc, el técnico rival, había tenido que sentar un buen rato a Lorbek en el minuto dos y medio por llevar ya dos faltas. Los eslovenos llegaron a un punto de desesperación. Pero supieron rehacerse primero gracias a un equipo con muchos centímetros y a la facilidad de sus pívots, Brezec y Jagodnik, para anotar triples y después subiendo su línea defensiva y dándole cuerda a Dragic.
Al final, España tuvo que apelar a las individualidades, al talento de Navarro, que anotó nueve tiros libres en el último cuarto, a la garra de Rudy y a la heroica.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Ford echa el freno en su estrategia de coches eléctricos y abandona la fabricación de varios modelos por las políticas de Trump
El Consejo Electoral de Honduras advierte de un “inaceptable atentado a la democracia” por las protestas que retrasan el escrutinio definitivo
Evacuados 68 pasajeros tras cinco horas parados por una avería en un tren que iba de Huelva a Sevilla
Ucrania asegura haber alcanzado por primera vez un submarino ruso con drones subacuáticos
Lo más visto
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán




























































