Scariolo y cómo cerrar el equipo

Cerrar el equipo. Término baloncestístico usado fundamentalmente cuando vas apretado. Bueno, obviamente, esta definición tan personal, por llamarlo de alguna manera, voy a intentar desarrollarla de la forma más entendible posible. Realmente, la reacción de Scariolo ante el partido clave en el que nos habíamos metido facilitará la explicación.

Para mis lectores de ayer intenté definir por encima cómo se ha confeccionado el equipo. Entendiendo que cada selección tiene diferentes metas en cada campeonato. Lo que para Reino Unido puede ser un éxito, para España sería un fracaso. Hay partidos que van marcados en rojo desde el primer día. En los últimos años, para nuestra selección, estos días rojos eran siempre a partir de los cuartos de final. Nadie en su sano juicio se planteaba que España quedara fuera de ese cruce. Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, este grupo, con Mario Pesquera de entrenador, se cruzo con los estadounidenses. Nos dejaron fuera de las medallas. Maldito cruce de cuartos.

En los años de Pepu Hernández y Aíto García Reneses, estas primeras fases servían más como confirmación de lo que llevaban preparado e incluso de rotación para no perder jugadores por el camino. Administrar cansancio, algo importante en un torneo con una duración de dos semanas.

Desgraciadamente, el traspié del primer día nos obligaba. El de Eslovenia pasaba de ser un partido más a una cuestión de Estado. Pues que jueguen los buenos… Y las rotaciones, obligadas.

Durante los 40 minutos jugamos con tres pequeños. Mumbrú y Claver ni pisan la pista para poder usar nuestras dos escopetas juntas (Navarro y Rudy). A partir de ahí, las rotaciones… Para los que nos dan defensa, solidez. Para que nos rompan poco la estructura. El puesto de base, para Ricky, con Cabezas en sus descansos. Y Llull, de chico para todo en el exterior.

La falta de Garbajosa nos obliga a jugar algo de tiempo con dos pívots puros. Bueno, pues juguemos así y ya está. Reyes, Pau y Marc se reparten el juego interior. Resultado: clara estructura de tres pequeños por fuera y dos grandes cercanos al aro por dentro. Algo que Scariolo usaba hace muchos años, en su época de Vitoria y Madrid.

Sin embargo, la envergadura y la potencia física de nuestros rivales nos lleva a sufrir hasta el final en un partido que teníamos encarrilado desde el principio. Algo similar a lo ocurrido el día anterior contra Reino Unido. Nos faltó frescura para poder terminar de romperlo. La paciencia y el mejorado porcentaje de acierto en los tiros libres nos meten en la siguiente fase. Con dudas, pero con todo abierto. Seguiremos con interés la recuperación física y anímica de unos jugadores en los que continuamos creyendo.