Tres lapas con temporizador como las de Mallorca

La confirmación de que la bomba que ETA empleó para matar en Mallorca a Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá (y otra que tuvo que ser explosionada al ser imposible desactivarla por su peligrosidad) tenía conectado un temporizador para demorar su ignición se la encontró ayer la policía en el primer zulo que descubrió por la mañana. El escondrijo de Plaussenus ocultaba tres bombas lapa, ya perfectamente montadas en fiambreras, y las tres tenían puesto un temporizador que permitía retrasar hasta casi un año el estallido, lo que permite a los terroristas tener tiempo de sobra para escapar tras colocar su trampa criminal en los bajos del coche.

El hallazgo confirma el modus operandi del comando que actuó en Mallorca y, por ende, que el sistema de la bomba lapa es el elegido por ETA tras haber tomado la decisión asamblearia de seguir matando, tanto para presionar al Gobierno como para demostrar a los suyos que no están débiles ni al borde de la extinción.

Instrucciones

Los investigadores tienen ahora que averiguar si el material utilizado en Mallorca salió de este zulo, como parece, o si pudo haber salido de otro similar diseñado por la organización terrorista para mantener a ese grupo a salvo de investigaciones policiales. El zulo contenía también instrucciones en euskera sobre cómo emplear estas bombas.

Las fuentes se inclinan por pensar que todo ese material empleado en los ataques de Mallorca fue distribuido por los tres terroristas ahora detenidos -que fueron trasladados ayer a París- y extraído de uno de los siete zulos reventados en tres días.

De ellos habría salido también, por tanto, las bombas contra varios establecimientos turísticos de Mallorca, que igualmente fueron colocadas con al menos dos días de antelación, ya que una de ellas estalló un domingo en un establecimiento de restauración que permanecía cerrado desde la noche del viernes anterior.

Los investigadores antiterroristas no tienen, de momento, noticias del paradero de este comando. Ni siquiera se aventuran ya a decir si permanecen en la isla (dos legales, sin fichar, con pasaporte extranjero, e incluso con algún apoyo local) o si salieron de las islas con anterioridad a las explosiones, a fin de evitar la operación Jaula para su captura, y ya se encuentran escondidos en otro punto de España preparando nuevas acciones terroristas.