Un premio excesivo

El Recreativo confirmó ayer el porqué de su mala imagen en este arranque liguero. Peleados con el gol (sólo cinco este curso) y con el balón, los onubenses exhibieron ante el Getafe que la herencia de Zambrano perdura, y que Alcaraz no ha logrado borrar ese desprecio por el cuero. Antepenúltimos en la tabla, los blanquiazules recibían al Getafe, dirigidos por su ex entrenador Víctor Muñoz, con ansias de lograr su primer triunfo en el Colombino. Pero inesperadamente el reto no motivó al Recre, sino que le atenazó. Apenas inquietó a Abbondanzieri en la primera mitad, y el Getafe, sorprendido, agarró el balón más por obligación que por deseo. Una ocasión de Casquero desde la frontal, y un chut pegado al palo de Granero, sirvieron como reflexión a los onubenses. Algo debían cambiar si querían atar, al menos un punto.

Espoleados por los pitos del público, los de Alcaraz salieron del vestuario con algún complejo de menos... y algún orgullo herido. A fuerza de empujar se adelantaron con un cabezazo de Javi Guerrero. Pero ahí se acabó el Recreativo. La expulsión de Bouzón devolvió el mando al Getafe. Y Albín, cabeceando una falta botada por Granero, igualó el partido e hizo justicia ante un Recre muy timorato y que continua en puestos de descenso.