"No tengo fuerza moral para pedir que digan sí"

El IES Odiel, en Gibraleón (Huelva) vuelve a enfrentarse este curso a la decisión de si se inscriben o no en el programa del Plan de Calidad. El curso pasado, el claustro decidió que no. "Y este año, creo que tampoco va a salir el sí", adelanta su director, Eduardo Castillo. "En esa ocasión conseguimos que la discusión interna no degenerara en un enfrentamiento entre compañeros a nivel personal, algo que sí ocurrió en muchos centros", recuerda.

"El problema de una orden de este tipo es que puede ser interpretada de diversas maneras", explica. "Mucha gente la interpretó como un presunto soborno al profesorado, mientras que otros decían que así se estaba valorando el trabajo de los docentes. Las dos posturas tienen sus razones y son legítimas".

A pesar de su ecuanimidad, Castilla reconoce que uno de los problemas de fondo es que "los centros estamos descontentos con la Consejería de Educación en cuanto a planificación y otros aspectos. Todos los años tenemos serios problemas al planificar, hacer grupos, contar con profesores, obtener los apoyos suficientes... Entonces, entiendo que haya compañeros que se pregunten cómo, si la propia Consejería falla en lo más básico, se les pide un esfuerzo extra a los profesores. Algo que además viene casi a reconocer que no hacemos lo que tenemos que hacer".

Ante estas circunstancias, el director afirma que no tiene, "fuerza moral para pedirles a mis compañeros -que trabajan bien en un 90%- que adopten un proyecto, cuando las bases de esa calidad no nos son dadas por quien nos las tiene que dar. La calidad de la enseñanza estriba por supuesto en el profesorado, pero también en unos medios que no nos son dados". Por otro lado, el director rechaza que quienes votaron a favor lo hicieran movidos por el incentivo económico. "Eso seguro que no ocurrió" zanja.