Padres y sindicatos discrepan sobre la jornada escolar flexible

La apertura de la negociación del modelo de jornada escolar flexible -en vigor desde hace años en 15 de las 17 comunidades autónomas de España- ha puesto de manifiesto las discrepancias entre sindicatos y profesores y la principal confederación de padres de alumnos de la escuela pública Gonzalo Anaya.

Pese a que las mesas de discusión coordinadas por la Consejería de Educación apenas acaban de arrancar, la ejecutiva de la confederación valenciana de padres anunció ayer sus serias reservas sobre el impacto de la jornada escolar continuada en el rendimiento académico de los niños. Y puso como ejemplo: "Canarias, que tras diez años de aplicación ha registrado la mayor tasa de fracaso escolar de España con el 39% en el último Informe Pisa". Una cifra, por otra parte, similar a la de la Comunidad Valenciana, que sin tener jornada continua ha caído al quinto puesto por la cola, con el 36,4%.

Enfrente, los negociadores sindicales del STEPV, CC OO y UGT pidieron ayer a la Consejería de Educación que "concrete" un marco legal que permita "conciliar la vida laboral y familiar" de los docentes, que garantice que servicios básicos como el comedor y las actividades formativas extraescolares quedarán blindadas por ley y que haga posible que cada centro -dentro de la "autonomía" que le otorga la Ley Orgánica de Educación (LOE)- pueda consensuar en su claustro una "modificación legal de su horario escolar".

"Plantear que la jornada continuada afecta al rendimiento es una trampa: Castilla-León [gobernada por el PP] aplica la jornada única hace años y obtiene el máximo rendimiento en el Informe Pisa", precisa un negociador. "Más bien se trata de un problema cultural, ya que el modelo se aplica en Europa desde hace años". Educación admite que el decreto de 1998 que regula la jornada escolar está "obsoleto" y tendrá que adaptarlo a la LOE.