Europa, Turquía y la guerra que viene

Como ciudadano español de origen libanés, me interesa todo lo que pasa y pueda pasar en Oriente Próximo: Líbano, Palestina, Irak, Afganistán, lo que se está preparando para Irán y los últimos acontecimientos en la frontera turco-iraquí, donde una guerrilla kurda clasificada como un grupo terrorista por muchos organismos internacionales y armada hasta los dientes, opera bajo la complaciente mirada del ejército de ocupación de Estados Unidos. Esa guerrilla libra una guerra contra Turquía, un país que no quiso participar en la guerra contra Irak pese a que Estados Unidos le hizo tanto fuertes presiones como suculentas ofertas económicas. Combinada con las medidas estadounidenses para sacar los trapos sucios del genocidio armenio, esta situación llama la atención. Y ello a escasos dos meses del último triunfo electoral de un partido democrático y moderado como el del primer ministro Erdogan, que se ha puesto como meta ingresar a su país en la Unión Europea. Creo que los que empujan a Turquía a una guerra en el norte de Irak son los que no quieren que haya sitio para ese país en Europa.

En mi modesta opinión, una Turquía próspera, pacifista e integrada en Europa sí que sería un ejemplo de democracia para Oriente Próximo y no los bombazos contra Irak. Si no se consigue eso, Turquía tendrá que escoger entre la militarización o el integrismo. Por eso creo que, si existe un sincero deseo en resolver los conflictos de Oriente Próximo, Europa debe ser más abierta y más flexible en el caso turco. Ésta es la alternativa al clan que gobierna en Estados Unidos, provocador de guerras y generador de ruinas.