Encerrados con un cañón

Cinco personajes de la política catalana, entre ellos un presidente de la Generalitat y una consejera de Cultura, se quedan encerrados en dependencias del castillo de Montjuïc, donde preparan un acto para celebrar el Onze de Setembre. La consejera ha insistido en hacerlo allí para demostrar los usos del castillo devuelto a la ciudad. Durante el encierro se oyen unas extrañas psicofonías en las que se identifican las voces de Jordi Pujol, Carod Rovira, Aznar, Esperanza Aguirre, el cardenal Cañizares y Cambó, entre otras figuras. En el mismo lugar se encuentra un cañón del recinto, una de las piezas artilleras usadas por Espartero para hacer prácticas de tiro sobre Barcelona, que tendrá un protagonismo insospechado...

Ésta es la atractiva y gamberra situación planteada por Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé en Assajant Pitarra, creación de ambos a partir de textos de Frederic Soler, Pitarra. y con música de de Anselm Clavé, que se estrena esta noche en el Teatre Lliure. "Es un paso a la política ficción que nos sale muy natural: Pitarra lo hacía", explica Albertí, que manifiesta una gran admiración por el autor. "Pese a lo que pueda parecer, Pitarra es en realidad un gran desconocido", deplora. "A él le debemos el lenguaje del teatro catalán contemporáneo". Albertí y Cunillé han tomado textos de la época radical de Pitarra, cuando se instaló en el teatro Odeón con su Sociedad La Gata y creó 27 obras de gran popularidad, plenas de parodia y sátira política salvaje. "Hemos tomado muchos fragmentos de esas gatadas para el espectáculo". Albertí advierte que Assajant Pitarra no es Polònia, sino una sátira sobre la clase política en general, sin imitaciones. Uno de los momentos más sorprendentes, sin duda, es una contienda dialéctica entre Pujol e Ibsen.