"Pelotudo"

Luego dicen del botellón. Menuda moña cervecera la de los candidatos este finde: Sebastián y Simancas, en Latina; Gallardón, en Alonso Martínez; Sabanés, en Rivas (más la sangría de San Martín de la Vega). A quien más se le notó que iba piripi fue a la presidenta, que acabó en Las Rozas dando saltitos en un castillo hinchable. Su jefa de prensa dijo que le había quedado "pelotudo". Yo veo a los candidatos haciendo pelotudeces y siento como pena: la pobre Esperanza de tal guisa, e ingiriendo parte de una de esas paellas masivas que me dan tanto asco; el pobre Rafael dando cabezazos al balón en Getafe, con una camiseta de fútbol de talla improvisada; la pobre Inés, a los mandos de la playstation, con gafas de presbicia y cara de velocidad; el pobre Alberto en cuclillas, contemplando un esqueje de pino en Mingorrubio; el pobre Gaspar convertido en avatar; el pobrecito Miguel elaborando 3.204.334 programas electorales. ¿Dan pena o no? Una pena soterrada, eso sí. Será por impregnación.

La derecha está supermoderna: Gallardón, en la revista Zero (aunque el PP mantenga a los gays en el Constitucional y su segunda sea la homófoba Botella); Aguirre, objetora de conciencia contra la ciudadanía. Después de tres años de pancarteros, es normal. Una auténtica Second life, o sea. Lo raro es que en Zero no haya querido salir Sebastián. Será que aún está en su First life. Y luego está lo de los gamos de Gallardón. Ideal. Supercoherente con los crímenes de Las Ventas y los de la perrera de La Fortuna. ¿Habrá batidas de caza en la Casa de Campo?: putas y gamos, superideal de la muerte, pelotudo.

Ah, que dice Ángel Pérez que él es analógico.