El éxito de los 'faustinos'

A Faustino le gustan los desafíos, muy especialmente el de aunar calidad y precios competitivos. Sus faustinos han hecho patria riojana atendiendo un sector que espera beber un buen vino sin arruinarse. Sobre esta base ha creado un imperio que incluye bodegas en La Mancha, Rioja, Ribera del Duero y Navarra. También ha sido sensible a las exigencias de los nuevos tiempos, con vinos de diseño avanzado en su tiempo como fue Campillo o, últimamente, Faustino de Autor. Ahora da un paso más en la senda de la exquisitez y lanza este Faustino 9 Mil, cifra que hace referencia al número de botellas elaboradas con un soberbio tempranillo de finca. Las claves: utiliza sólo dos racimos por cepa, largas maceraciones, maloláctica en roble francés y posterior crianza de unos ajustados ocho meses. Y una excelente añada.

No es de extrañar que el vino seduzca por su aroma frutal intenso, maduro y transparente, bendecido con la levedad tostada de la madera nueva y los reflejos vivos de las especias. Un tinto concentrado, de taninos lustrosos, con el sabor ligeramente compotado y el paladar fresco y largo, que pide tiempo en botella. Y como es habitual en la casa, cuesta menos de lo que vale.