Depor y Levante se contentan con un punto más y un choque menos

Fue un partido sin gramática. Depor y Levante saltaron al campo con el propósito de no perder. Nadie disimuló estas insanas intenciones para el espectáculo. Y después de 90 minutos esquivando riesgos, Joaquín Caparrós, el entrenador blanquiazul, expuso las razones que propiciaron el vacío futbolístico: "Un punto más, un partido menos. Aquí están acostumbrados al talonario, pero a este equipo no se le puede pedir más". Al Levante tampoco. Alegría en los banquillos. Tristeza en la grada. Empate. A nada y a mucho, según se interprete la consecución de un punto.

El Depor lleva diez partidos sin perder y se asienta en la zona templada de la clasificación. El Levante suma tres encuentros consecutivos sin conocer la derrota y sube otro peldaño en una escalera que parecía conducirlo al pozo de Segunda. Ganó al Madrid en el Bernabéu, se impuso al Recre y Abel, su entrenador, celebró el empate.

De alguna manera se esperaba lo que al final sucedió, aunque no con tanto descaro. A Abel Resino le gusta la filosofía que mamó en su etapa como portero del Atlético de Madrid. Su equipo presiona, intenta anular los espacios y busca la contra para sorprender al rival. A Caparrós le seduce un fútbol parecido. El primero cuenta con jugadores veteranos para continuar en la máxima categoría; el segundo tira de futbolistas bisoños para devolver al Depor al lugar que le ha asignado la historia. Son dos interpretes distintos leyendo la misma partitura.