La juez dice que un agente mató a un vecino de Sueca por imprudencia

La muerte de Llorenç Alberola el 11 de febrero de 2003 de un disparo en la cabeza de un guardia civil, Guillermo Quirós, fue un homicidio imprudente. Así lo ha considerado la titular del juzgado de Sueca que ha llevado el caso. El agente no será condenado a más de 9 años de prisión. La familia de la víctima, de 42 años, casado y con una hija, defendió que fue un asesinato.

El 8 de febrero de 2003, sobre las 22.00, hubo un robo en una gasolinera de Cullera. Los ladrones huyeron a pie. La descripción a la policía era estándar: 1,75, moreno, entre 25 y 35 años. La juez relata que la patrulla avisada encontró atravesado en el camino de Cullera un coche con dos hombres "consumiendo la cocaína y heroína que habían comprado esa misma noche". Explica que los agentes quisieron identificarlos, que Llorenç se resistió y el agente disparó sin darse cuenta cuando apoyaba el arma sobre la cabeza de la víctima y éste se giró. La familia de Llorenç niega esa versión. Llorenç volvió de la compra con su mujer y decidió sacar a los perros a las afueras de Sueca. Se encontró con un amigo suyo, toxicómano, que le pidió que le llevara a Cullera. A la vuelta, el amigo le dijo que parara porque necesitaba consumir la dosis comprada. Llorennç accedió y fue entonces cuando llegó la patrulla y, según la familia y el amigo que le acompañaba, nunca se resistió.