400 personas protestan contra el Día de la Hispanidad en Barcelona

Unas 400 personas protestaron ayer por la tarde en Barcelona por la celebración del Día de la Hispanidad. Bajo el lema 12 de octubre, nada que celebrar, los manifestantes -la mayoría, jóvenes de estética okupa y miembros de grupos antisistema- desfilaron por el centro de la ciudad. La marcha, estrechamente vigilada por 300 agentes de los Mossos d'Esquadra, terminó sin que se produjeran incidentes de consideración.

El año pasado, la misma manifestación contra el 12 de octubre -que en aquella ocasión discurrió por las calles de Gràcia- congregó a unas 800 personas. O sea, el doble de las reunidas ayer, según un portavoz de la Guardia Urbana. La menor afluencia facilitó el trabajo de la policía autonómica, que topó con una proporción casi de hombre contra hombre: por cada mosso, 1,3 manifestantes. Al inicio de la marcha, los agentes registraron a varios jóvenes y les requisaron aerosoles, navajas y otros enseres.

La manifestación se inició a las cinco de la tarde en la plaza de la Universitat. Con gritos de "Visca Catalunya", los jóvenes exhibieron una segunda pancarta, escrita en tinta roja y negra: 70 años después, los fascismos aún existen. La lucha continúa. Nada que celebrar. De allí, la marcha cruzó Via Laietana -siempre bajo el estrecho marcaje de los policías, que llegaron a caminar en paralelo con los manifestantes- y desembocó en la plaza de Colón.

Tensión en el metro

Cerca del monumento al descubridor de América, origen de la fiesta de la hispanidad, se vivieron los momentos de mayor tensión. Hubo carreras por los pasillos del metro de las estaciones de Passeig de Gràcia y Liceu. Pero los grupos estaban ya dispersos y eran poco numerosos, por lo que la sangre no llegó al río. La manifestación se disolvió, minutos antes de las 20.30 horas, cuando la mayoría de los jóvenes cogieron algún metro o autobús en la avenida del Paral·lel.

La manifestación pretendía dar la réplica a la celebrada al mediodía por grupos de ultraderecha para rendir homenaje a la bandera española. Unos 300 jóvenes ultra se reunieron en la plaza de Sant Jordi, en Montjuïc, para gritar contra el Estatut y a favor de la unidad de España.