La televisión interactiva depende de la tecnología y de los contenidos, según los expertos

La televisión interactiva (TVi), la que permite al espectador más opciones que el zapping, ofrece indudables ventajas para el receptor y será probablemente un excelente negocio para el emisor, pero dependerá, como siempre, de los contenidos y de su adecuación al público. Éstas son algunas de las conclusiones a las que han llegado los participantes en las jornadas Televisión interactiva: perspectivas y futuro organizadas por el Clúster Audiovisual Galego en la Fundación Caixanova de A Coruña.

El primer interrogante es su rentabilidad. "La televisión interactiva será un negocio mayor que los teléfonos móviles", enfatizó Antonio Rodríguez del Corral, responsable del proyecto de TVi que el operador gallego de cable R tiene previsto poner en marcha este año. "Es negocio, pero cada mercado tiene sus características", matizó Dan Chronnel, jefe de desarrollo de producto de Sky Gamestar, el portal de juegos de TVi de más éxito. Para la publicidad, es "una oportunidad única para el anunciante de relacionarse de forma distinta con el espectador, tal y como se está comprobando en Internet y en los móviles", según Eduardo Madrid del Olmo, responsable de publicidad interactiva de Sogecable. Pero también constituirá una oportunidad para otros sectores. "En Europa, el 15% de la población tiene alguna discapacidad. La interactividad ofrece una ocasión para la integración de todos", consideró Peter Olaf Looms, asesor de la DR, la sociedad pública de televisión y radio de Dinamarca.

El apagón analógico previsto para 2010 y la implantación generalizada de la TDT (Televisión Digital Terrestre) constituirán el momento idóneo para su implantación, y el papel de las administraciones públicas será "actuar de reguladoras en las tecnologías y en el despliegue de la información, para garantizar el acceso al servicio de los ciudadanos", en palabras del director general de Comunicación Audiovisual de la Xunta de Galicia, Manuel Fernández.

Los expertos insistieron en la necesidad de un estándar único para poder desarrollar contenidos para todas las televisiones, un problema aún sin resolver en España.