Apoyo francés

Cualquier duda que pudiese albergar el PP sobre la tibieza francesa ante los intentos de Zapatero de impulsar un proceso de paz con ETA debió quedar ayer disipada por el respaldo sin fisura del primer ministro francés, Dominique de Villepin. Éste tuvo ocasión de escuchar de primera mano en Madrid el estado de la cuestión, y dio públicamente su apoyo a "todas las acciones" que puedan ir en esa dirección, ante lo que constituye "una esperanza para todos", si bien desde la "firmeza indiscutible" frente a ETA.

Al menos en público, el primer ministro francés consideró que se trata de una cuestión "que es de soberanía española", lo cual es una verdad a medias, pues afecta directamente también a Francia y requiere de una decisiva colaboración de París, por la que Zapatero expresó su "profundo agradecimiento". Pues sin la cooperación policial francesa a lo largo de los últimos años, no hubiera sido tan eficaz la persecución de ETA ni probablemente habría perspectiva alguna de proceso de paz.

La coincidencia entre Zapatero y Villepin, y entre España y Francia como "socios estratégicos", se registró también en torno a sus visiones para una política común de la energía en la UE, pese a que las situaciones energéticas de España y Francia sean bien diferentes. Francia ha desarrollado al máximo la energía de origen nuclear, mientras España tiene una enorme dependencia de las importaciones de petróleo y gas. La conexión con las redes europeas es una carencia que España debería colmar de forma prioritaria, para lo cual es claramente insuficiente la actual conexión eléctrica con Francia. Ambos países abogan por una política común europea, con grandes grupos industriales, pero tanto Zapatero como Villepin rechazan que un sector estratégico como el de la energía se estructure a base de OPA. Los dos mandatarios coincidieron en que el modelo a seguir debería ser el de Airbus, un gran consorcio impulsado desde la voluntad política. Es lo que Zapatero llamó construir Europa desde "grandes acuerdos".