El Madrid pierde la cabeza en Atenas

Huérfano de Rakocevic y Reyes, un signo de mal agüero si careces de un banquillo de garantías, el Real Madrid traspasó anoche el liderato de su grupo al Panathinaikos. Lo hizo abrumado por las circunstancias, en unos últimos diez minutos para el olvido. Hasta entonces las opciones madridistas dependieron de la solvencia de Bullock, que anotó 27 puntos que no valieron de nada. Los poderes del estadounidense alargaron la agonía del cuadro de Boza Maljkovic, que firmó su sentencia de muerte abusando del perímetro. Sin apenas argumentos para penetrar la defensa en zona de los griegos, el Madrid lanzó 23 triples. Anotó siete, todo un síntoma de los malos tiempos que azotan a un equipo sin recursos.