Pasión por Frida Kahlo

Antonia San Juan, que estos días representa en el teatro Alfil Las que faltaban, es una gran admiradora de la artista mexicana Frida Kahlo. Cuando pisó su casa-museo, en México DF, se sobrecogió.

Explique esa admiración.

Frida fue una adelantada a su época, sin dejar de ser muy mexicana y muy racial. Convirtió toda su rebeldía en arte. Su amor por Diego Rivera era tórrido y contradictorio, exento de moral. En la casa, de un color añil precioso, se respira toda su magia.

¿Qué encuentra uno allí?

Su cama, el estudio donde pintaba, sus acuarelas, sus vestidos, sus libros de marxismo... Lo más impactante, sus corsés.

Una joyita en una ciudad prácticamente inabarcable.

Desde luego, con ese Zócalo gigantesco... No sabía que antiguamente la ciudad se construyó sobre un lago y que la catedral está sostenida sobre agua. Yo le preguntaba al guía: "Entonces, ¿todo esto se puede hundir un día?", y él sonreía con esa sonrisa al límite tan de ellos. Los mexicanos son muy tremendos.

¿Qué se traería a España?

La comida. Me salté por completo la dieta y lo probé todo, no sólo los típicos tacos que ya encuentras en cualquier lado. También probé hormigas, gusanos fritos y chapulines, unos saltamontes pequeñitos que pican. Yo, cuando viajo, todo lo pruebo y luego decido si me gusta o no.

¿Y le gustó?

Me encantó.