Los Veinticinco negocian contrarreloj una solución de compromiso para la reforma del sector del azúcar

Las ministros de Agricultura de los Veinticinco negociaban anoche contrarreloj la última propuesta del Ejecutivo comunitario para la reforma del sector del azúcar, que mantiene la rebaja de un 39% del precio del azúcar y del 42,5% para la remolacha, pero retrasa la puesta en marcha de la reforma y aumenta los fondos para la reconversión de las industrias afectadas. A España no le convence la propuesta.

Los ministros de Agricultura de la UE negociaban anoche en Bruselas la reforma que pretende poner fin a las distorsiones de un sector azucarero excedentario y con subsidios que dan lugar a precios hasta tres veces superiores a los de mercado. La solución de compromiso que ayer puso sobre la mesa la Comisión no acabó de convencer al Gobierno español ("ha cambiado mucho la forma pero poco el fondo", indicaron fuentes diplomáticas), y tampoco a los otros 10 países que se oponen a la rebaja de los precios del azúcar y la remolacha que pretende Bruselas.

Los Estados miembros tendrían, según el nuevo texto, hasta cuatro años -la propuesta inicial hablaba de dos y España pidió ayer que sean cinco- para adaptarse a los precios rebajados. Aumentaría el llamado fondo de reestructuración destinado a transformar las industrias azucareras, sobre todo en el segundo año de implantación de la reforma, y el recorte de precios no afectaría además a los agricultores que ya hayan sembrado para la campaña 2006/2007. Entre éstos, se encuentran un tercio de los españoles, fundamentalmente los andaluces. Por último, se establece una cuota adicional de 10.000 toneladas de remolacha para algunos países, entre ellos España.

Bruselas pretende que la reforma se apruebe antes de que acabe mañana el Consejo de Agricultura y Pesca. Anoche, Reino Unido (país que ostenta la presidencia de turno de la UE), la Comisión y tres de los países miembros, entre ellos España, intercambiaron sus objeciones en las llamadas reuniones trilaterales. El resto lo hará hoy, antes de entrar en la recta final de las negociaciones a partir de las cinco de la tarde. El Ejecutivo comunitario sostiene que posponer la reforma supondría a la larga más sacrificios que los que conllevará la puesta en marcha ahora. El régimen actual finaliza a finales de junio de 2006. A partir de entonces, si no hay un nuevo acuerdo, los agricultores no sabrían a qué atenerse en materia de precios.