Pedrosa regresa entre multitudes

Un avión procedente de Londres devolvía ayer a Dani Pedrosa a su casa, cansado pero satisfecho, tras coronarse el domingo en el circuito australiano de Phillip Island como campeón mundial de los 250cc. Tras aterrizar en Barcelona, pudo disfrutar de unos minutos con sus padres y su hermano. Después, la avalancha. "¡Dani, campeón!", gritó una chica con pinturas azules en la cara. Y Pedrosa cruzó el umbral ante cientos de aficionados. Un autobús descubierto de dos pisos esperaba al piloto. Dani subió, aclamado por un público entregado, con cámaras y teléfonos en mano, para registrar la llegada del bicampeón mundial de 19 años, el más joven de la historia del motociclismo.

Y así empezó el recorrido hacia su pueblo, Castellar, a 30 kilómetros de Barcelona, escoltado por un centenar de motos. "Bestial", le dijo a través del teléfono móvil a un amigo, "Es la segunda vez que gano un Campeonato del Mundo, pero es la primera que tengo la oportunidad de verlo así", comentó Pedrosa, quién anunció su ilusión por probar en Valencia una moto GP.