Aprenderán lo que queramos

Por supuesto que los que ahora se inician en la vida van a aprender lo que queramos que aprendan, pero la frase se vuelve en contra de la propia Consejería de Educación desde el mismo momento en el que impone medidas tan absurdas como es la realización de una evaluación extraordinaria en junio, en lugar de en septiembre. No existe ningún motivo a favor del alumno. Muy al contrario, alumnos, profesores y padres resultamos afectados una vez más por las medidas arbitrarias llevadas a cabo por nuestras autoridades educativas, que parecen proponerse impedir, en lugar de facilitar, la educación de quienes son estudiantes.

Con leyes así, ¿acaso no están enseñando actitudes que a nadie conviene aprender? No es aconsejable hacer creer a los alumnos que en una semana a estas alturas del curso se pueda lograr lo mismo que otros han logrado con un año de trabajo. En muchos casos el alumno, después de estas facilidades, se encuentra con un aprobado que no le ha supuesto esfuerzo. Lo que verdaderamente aprende es que el esfuerzo no tiene valor, cosa que es falsa. Enseguida surge la pregunta: ¿no va en contra de la calidad de la educación aprender esto tan falso?

A todo esto se añade el efecto que ejercen entre el profesorado medidas tan ilógicas. ¿Por qué a un profesor que, en base al trabajo de todo un curso, toma seriamente una decisión en la evaluación final, se le pide que reconsidere esa decisión pocos días después?

Pedimos que la Consejería vuelva a situar los exámenes extraordinarios en septiembre, a no ser que prefiera seguir haciendo caso omiso a las demandas de quienes quieren aprender.