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VISTO / OÍDO
Columna
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Crisis de identidad

Cada vez que en el prólogo de alguna obra de teatro leía que trataba de la "crisis de identidad del hombre moderno" temblaba: ¿qué iría a ver? Pero no dudo en emplear el equívoco para considerar la situación del PP en este tránsito, en esta agonía ("lucha, angustia") por no dejar de ser. Creo que las encuestas que dan al PSOE seis puntos de ventaja (Opina) se quedan cortas. El gallo decapitado corre todavía unos metros antes de morir. Decapitado: sin cabeza. Aznar. Pocos regímenes de Jefe resisten a su pérdida, y la de Aznar ha sido terrible, y se entierra en su propia polvareda de agonía ("estado inmediatamente anterior a la muerte"), agarrado a otros agonizantes (Bush) con estertores sin arrepentimiento. Tienen, sin embargo, posibilidades: alcaldías, comunidades, periódicos. Curas, obispos. Y candidatos. Rajoy, a quien Gurruchaga llama "el hombre invisible" (Localia), es inoperante. Otros quieren el puesto del Rey Loco. Dicen que Zaplana tiene posibilidades: si sus maniobras triunfan, será él quien pierda las próximas elecciones si Zapatero no hace méritos mayores en cuatro años. Pero Zaplana se ligó demasiado a la agonía en los días trágicos de la caída. Y Acebes. En estas "pérdidas de identidad" es difícil pensar.

Hay personas que no son capaces nunca, y suelen ser excelentes candidatos de cualquier partido: en este Gobierno me da la sensación de que alguno está apuntando esa cualidad. Y otros, la más terrible de creer que deben pensar por sí mismos. Al aznarismo se le han muerto al mismo tiempo Dios -el "espíritu de la Almudena"- y Estados Unidos, Rouco y Bush, y eso causa atonía. No pueden ir a Gallardón. ¡Le odian tanto! Y su terreno está mermado: para una derecha civilizada tenemos a Zapatero. La ventaja de Gallardón es que se mostraría un poco más a la izquierda. Él no hubiera acudido a la Ley de Extranjería para expulsar sospechosos, como hace este ministro de Interior, que sigue una carrera muy conservadora. Da un poco de alipori leer que los expulsados marroquíes no podían ser acusados penalmente, pero que utilizando el ucase del PP se les expulsa. No sé qué harán los peseros o pepistas. Si no resuelven su crisis de identidad, si no se aclaran entre sí como buena derecha, con soluciones materiales, no saldrán adelante. Su crisis de identidad es material: falta de poder, gobierno, mando, dinero, empleos, pago a quien conviene. Metafísica. Imagino que los peores ateos son los militantes de la Iglesia: los ilusionistas.

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