Dos formas de esculturas

Los escultores Igor Mitoraj (Oederan, Alemania, 1944) y Blanca Muñoz (Madrid, 1963) presentan en jardines y centros de arte de Madrid dos experiencias distintas de la escultura contemporánea. Mitoraj ha vuelto a Madrid, tras diez años sin exponer, para mostrar en la galería Joan Gaspar (General Castaños, 9, bajo, hasta el 22 de mayo) una veintena de piezas de los últimos 20 años, tres de ellas montadas en una acera de la plaza de la Villa de París, mientras que Blanca Muñoz ocupa el Espacio Uno del Museo Nacional Reina Sofía (Santa Isabel, 52, hasta el 2 de mayo), dedicado a artistas jóvenes con propuestas innovadoras, con dos piezas constructivistas y una tercera en el jardín que forman parte de su "universo transparente".

Los dos artistas tienen situadas sus esculturas en un entorno neoclásico. Mitoraj declara que le interesa contrastar sus obras con el entorno y la arquitectura. Ayer estuvo en Mérida para ver los espacios donde el próximo verano va a instalar sus torsos y cabezas monumentales y de mediano formato, con un total de 35 obras, entre las ruinas romanas, con motivo de los 50 años del festival de teatro clásico. Por las mismas fechas de julio y agosto colocará 80 piezas en los Foros Imperiales de Roma. Sus bronces se han reflejado en los edificios posmodernos de la Défense de París, y en octubre se extenderán por los jardines del Louvre, de París. De su taller italiano de Pietrasanta salen las piezas que exhibe en la galería de Madrid, con un precio entre 24.000 y 400.000 euros.

"Me gusta ver las esculturas en las plazas, como se situaban en la antigüedad, con un entorno de plantas y agua", declaró Mitoraj. "Las grandes piezas tienen que estar en armonía con el espacio y la arquitectura de las plazas". Alemán de nacimiento, la formación artística se desarrolló en Polonia, con estancias a partir de finales de los sesenta en París, México, Nueva York y Grecia, donde estudia las antiguas civilizaciones y las últimas tendencias, hasta instalarse en los ochenta en Italia. "Mi obra mira hacia adelante. Es un encuentro entre la prolongación del tiempo pasado y el tiempo de hoy. No me siento capaz de juzgar la escultura actual, ya que mis obras responden a un lenguaje personal en extremo. No llevan ningún mensaje cultural, ni político, ni ideológico. En mis esculturas doy un valor esencial a la persona humana, al alma humana, que en estos días trágicos parece que no vale nada, cuando es lo más importante. El hombre en armonía con la naturaleza es lo que intento llevar a mis obras, con unas figuras que tienen formas elementales, aunque busco una forma ideal que no existe".

Mitoraj señala que en su trabajo experimenta con los materiales y las figuras para modificar la imagen, que realiza a partir del barro "de una forma muy artesanal" y después pasa a la fundición en bronce, con algunas piezas en hierro, con superficies muy trabajadas y únicas en cada copia al añadir algún trozo diferente. La historiadora del arte Danuta Wróblewska escribe en el catálogo que en sus obras se mezclan "el drama y lo grotesco de la modernidad".

Otras formas geométricas se pueden ver en la exposición Escultura 8.8, de Alejandro Muñoz Miranda y José Manuel Darro (Círculo de Bellas Artes, hasta el 2 de abril), con motivo del primer congreso internacional sobre los fundamentos fractales, organizado por Inphiniart.