A vueltas con las dos Españas
Triste es comprobar que más de 200 de nuestros conciudadanos no van a poder ejercer su derecho a votar.
Triste es comprobar que estamos en el punto de mira de otros criminales asesinos que han perpetrado la masacre, además de los de ETA
Triste es comprobar la manipulación de la información, intentando retener aquella que no es favorable, y mostrando continuamente en la televisión que, aunque no lo es, debiera ser la de todos los españoles, a supuestos especialistas en terrorismo que nos han repetido una y otra vez que todo apuntaba a ETA, cuando los servicios de información nacionales e internacionales decían lo contrario.
Triste es comprobar cómo muchos han pretendido, de manera solapada y ladina, hacer del dolor y de la muerte un argumento para conseguir el voto de los españoles.
Pero lo más triste de todo es comprobar cómo estamos en una situación muy grave, muy peligrosa, más aún que la originada por el terrorismo: las dos Españas. Este país ha demostrado una madurez, quizá inesperada, cuando a la muerte del dictador consiguió una transición pacífica, aunando esfuerzos, olvidando viejos rencores e implantando la democracia.
La crispación social actual, los hechos acontecidos en la tarde noche de ayer sábado ante las sedes del Partido Popular (PP) y delegaciones de Gobierno, que pueden ser legales o ilegales, con los que podemos estar de acuerdo o en desacuerdo, pero que han nacido del pueblo, sin dirigismos partidistas, la salida de José María Aznar de votar en su colegio electoral, donde ha sido aplaudido y llamado asesino a partes iguales, nos vuelven a plantear las dos españas, con minúscula, por culpa del afán de poder de unos pocos.
Pero sigo pensando que hechos como la actitud de los españoles ante la masacre, la mayoritaria participación de los ciudadanos en las manifestaciones del viernes, la solidaridad de las gentes y pueblos de España, estará por encima de la bajeza de los que no han sabido y querido hacerlo como debieran y sabremos castigar, como podemos y debemos, en las urnas, por encima de sentimientos viscerales, naturales, pero a los que hay que imponer la razón del sentido y no los sentimientos del corazón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
OpenAI sale a buscar nuevos fondos y amenaza con otro recalentamiento de la IA
Eurobonos para financiar a Ucrania: la palanca de emergencia que evita el desastre de la UE
Análisis de ajedrez | David Antón, bicampeón de España absoluto (y II)
Chiara Ferragni defiende su inocencia ante el juez en una nueva vista por el caso de los ‘pandoro’: “Estoy tranquila y confiada”
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”




























































