Dos personas declaran que el ex juez Forteza prometía terceros grados

Dos personas declararon ayer ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia de Valencia que el ex juez Guillermo Forteza, abogado en ejercicio desde que fue apartado de la judicatura, prometía a reclusos la obtención del tercer grado a cambio de dinero valiéndose de su amistad con el ya ex juez de Vigilancia Penitenciaria Ernesto Alberola. Otro testigo, que denunció en su día a Forteza, se retractó de sus acusaciones.

Cuatro presos denunciaron en 2000 a Guillermo Forteza porque les había cobrado cantidades de dinero que oscilaron entre 2.000 euros y 4.500 euros a cambio de conseguirles el tercer grado y los recursos no prosperaron. De los cuatro reclusos, uno ya ha fallecido -su madre y su hermano, también denunciante, declararon ayer- y otro se encuentra en paradero desconocido. Tras la investigación posterior a las denuncias, el fiscal calificó los hechos de tráfico de influencias y estafa. Por el primero solicitó un año de prisión. Por el segundo, tres. La vista, que fue aplazada en la primera pasada porque los testigos no habían sido localizados, se celebró ayer. Pero tampoco quedó vista para sentencia, el próximo día 19 prestarán declaración otras dos personas.

Guillermo Forteza negó ante el tribunal las acusaciones contra él. Dijo que jamás había buscado él a los reclusos, que el dinero que le entregaron era para las gestiones propias de la tramitación de una solicitud de tercer grado, que no prometió nada ni utilizó su amistad con alguien para conseguir clientes.

Pero M. A. S. P. ofreció otra versión de los hechos. Según él, Forteza iba en busca de los reclusos, le pidió dinero en el primer encuentro que tuvieron "para comprar el tercer grado" y le aseguró que sería una realidad por su amistad con el juez de vigilancia penitenciaria. Dijo también que cuando la petición no prosperó no le devolvió el dinero. La madre de este recluso, y de otro que presentó denuncia pero que ya murió, afirmó que entregó el dinero a Forteza, que le prometió el tercer grado y que nunca más pudo localizarle. El otro recluso, en cambio, se desdijo de su denuncia explicando: "Estuve mal aconsejado, no me prometió nada".