El Ruhr y el Real coproducen 'La flauta mágica' con La Fura

La Trienal del Ruhr, dirigida por Gérard Mortier, presenta hoy su temporada central en una espectacular nave industrial a las afueras de Bochum. La Trienal se extiende desde el 30 de abril al 12 de octubre de 2003, y ocupa varios espacios entre Duisburg y Dortmund. Entre las producciones operísticas, destacan San Francisco de Asís, de Messiaen, con Sylvain Cambreling e Ilya Kabakov en las direcciones musical y escénica, respectivamente; y, especialmente, La flauta mágica, de Mozart (del 7 de septiembre al 5 de octubre, en Bochum), con La Fura dels Baus, en una coproducción con el Teatro Real de Madrid, donde se representará en mayo de 2005. Posteriormente, este espectáculo irá a la Ópera de París, en el otoño del mismo año. La escenografía (con una docena de módulos esculturales flexibles y transparentes como base) es del escultor Jaume Plensa. La ópera será dirigida en la cuenca del Ruhr por Marc Minkowski al frente de la orquesta Les Musiciens du Louvre. La colaboración entre Gérard Mortier y Emilio Sagi se complementará con otra coproducción del Real con la Ópera de París, a partir de 2006, de Desde la casa de los muertos, de Janacek, con el pintor Eduardo Arroyo como escenógrafo.

No es, en cualquier caso, La flauta mágica la única colaboracion española con la Trienal del Ruhr. El Festival de Peralada representará este verano Las tentaciones de san Antonio, de Flaubert, en la puesta en escena de Robert Wilson, que será estrenada en Duisburg el 20 de junio, prolongándose hasta el 6 de julio.

La Trienal del Ruhr se inaugurará el 30 de abril con un montaje de Fedra, de Racine, a cargo de Patrice Chéreau. Entre los principales atractivos de este festival se encuentra una instalación de Bill Viola en el gasómetro de Oberhausen; un espectáculo de teatro musical de Mauricio Kagel, una representación de la ópera Juan de Arco, de Honegger, con Stanislas Nordey como director de escena; un espectáculo de danza de Pina Bausch, y una creación teatral alrededor de Verdi, con el propio Mortier como dramaturgo.