Buen debú de Ferrera

Aunque no obtuvo ningún trofeo por culpa de sus desaciertos con el acero, Antonio Ferrera entró con el pie derecho en el ánimo de la afición capitalina. Su original y espectacular manera de banderillear y gallear motivó que en ambos enemigos la concurrencia lo ovacionara largamente de pie.

Con rítmicos lances recibió a Gladiador, el toro de su confirmación. En su lidia tuvo que hacer de enfermero, pues el pronto burel dobló nueve veces los remos y esto restó lucimiento a su esforzada labor. Desmayando los brazos, le engarzó seis sedosas verónicas al noble quinto. Disfrutó su valiente trasteo a este fijo astado, que también blandió cuatro veces. Los derechazos que enhebró en tres tandas los ejecutó embarcando al animal y corriendo la mano de aquí a allá. Aunque el oponente terminó embistiendo paso a paso, el muleteo de buen gusto de Ferrera no decreció.

El tardo segundo dobló cinco veces las patas y le costaba trabajo emplearse. A pesar de esto, Armillita lo veroniqueó con señorío y en su breve pero artístico trasteo sobresalieron dos soberbios naturales dignos de una pintura. El cuarto se inutilizó en el último tercio al rompérsele los ligamentos terciarios de la pata izquierda.

Leopoldo Casasola, con verdad y entrega toreó al violento tercero, pero el público no apreció sus esfuerzos. En cambio, con el soso sexto, que derrotaba, se le vio desconfiado.

Otro encierro más que causó decepción no tanto por su invalidez, sino por su falta de bravura.

Gran expectación existe por el cartel del próximo día 24, en el que reaparecerá el artista David Silveti, que alternará con la figura española Enrique Ponce, que se presenta, y la confirmación de alternativa del torero hecho en España Alejandro Amaya, que lidiarán un encierro de Teófilo Gómez.