CiU justifica los cambios y el PNV dice que 'todos son de la misma huerta'

Los nacionalistas que gobiernan Cataluña y el País Vasco volvieron ayer a evidenciar sus distancias al opinar sobre la crisis del Gobierno central. Mientras que para Convergència i Unió (CiU) se trata de cambios perfectamente comprensibles, para el Partido Nacionalista Vasco (PNV) 'mientras siga Aznar, todos son de la misma huerta'. La doble vara quedó explicitada por la oferta del Ministerio de Asuntos Exteriores que el propio José María Aznar hizo a Miquel Roca Junyent, ahora militante de base de CiU y antiguo dirigente de la federación nacionalista.

Así, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se mostró comprensivo con los cambios, porque, a su juicio, 'algunos ministerios no acababan de funcionar', como el de Sanidad y el Ciencia y Tecnología. En cambio, expresó su sorpresa por la salida de Juan Carlos Aparicio del Ministerio de Trabajo 'en plena negociación de la reforma laboral'.

'Aznar tendrá sus razones para los cambios', dijo para después calificar de 'partidista y legítima' la reestructuración. Pidió, eso sí, al nuevo Gobierno del Partido Popular un talante más sensible hacia los nacionalismos periféricos. El conseller en cap, Artur Mas, se manifestó en este mismo sentido, aunque fue menos explícito. 'Los cambios no me producen ni frío ni calor', sentenció el delfín de Pujol.

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, fue más contundente y afirmó que la amplia reestructuración tiene escasa relevancia, porque 'mientras siga Aznar y siga con la misma política, aquí son todos de la misma huerta, la del Partido Popular'. En declaraciones a Efe, Anasagasti indicó que 'aquí no hay nada nuevo' y 'lo único que puede llamar la atención es que salga Piqué, que Arenas sea ministro de Administraciones Públicas o que a Aparicio le dejen fuera del ministerio de la huelga general'. 'Pero son todas combinaciones dentro de la misma casa; tú vas a vivir en el tercero izquierda y yo en el cuarto derecha', opinó. Sobre la influencia del nombramiento de Javier Arenas como ministro de Administraciones Públicas en las negociaciones de las nuevas transferencias del Estatuto, Anasagasti recordó que Arenas fue ministro de Trabajo en la primera legislatura de Aznar, donde 'hizo un aceptable trabajo de negociación con los sindicatos'.