Las multinacionales discográficas fracasan en la venta por la red

Mataron Napster, pero nacieron Kazaa y Morpheus. La industria discográfica gana batallas en los tribunales, pero pierde la guerra del consumidor. Tiene buenos abogados, pero un añejo concepto del negocio.

En diciembre los gigantes AOL Time Warner, EMI, Bertelsmann y la compañía de software RealNetworks crearon MusicNet, un sitio en red para oír música por suscripción. A cambio de 10 euros mensuales, permite 300 audiciones y 30 archivos musicales al mes.

Casi a la vez, otros dos gigantes, Sony y Vivendi Universal, sacaron un servicio similar, llamado Pressplay. Han pasado sólo cuatro meses, pero ya hay una conclusión: fracaso absoluto.

MusicNet sólo tiene 40.000 suscriptores. Mientras, los programas Morpheus y Kazaa, de distribución gratuita de música y vídeo han sido descargados 154 millones de veces. Otra vez la industria audiovisual se ha querellado contra ellos, pero aunque ganen (y esta vez es más difícil), están perdiendo la batalla del ocio por la red. Su torpeza es tal que, por ejemplo, la discográficas de MusicNet y de Pressplay se reparten el 80% de las canciones más populares y, sin embargo, en sus webs sólo han colocado el 26%.

En MusicNet el abonado puede oírlas y guardarlas en el disco duro mientras dure la suscripción, pero no grabarlas en otro soporte, como hace cuando compra el disco o el casete. De ahí iniciativas como las de Liquid Audio con EMI que abren esta semana BurnItFirst.com, que permite copiar música en un CD. También Listen.com y Pressplay permiten freír un mínimo de temas, porque la tendencia es que el consumidor no va a pagar 18 euros por un disco con 12 canciones del que sólo le gusta una. En ese ambiente, la piratería hace estragos en la industria del cine y de la música.