CiU fuerza la dimisión del responsable de la RTV pública de Cataluña
La 'excesiva' independencia, a juicio de Convergència i Unió, de los medios de comunicación públicos de la Generalitat de Cataluña, y los continuados enfrentamientos políticos por su control han hecho añicos la confianza que el Gobierno de Jordi Pujol tenía depositada en el director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), Miquel Puig, que presentó su dimisión a primera hora de ayer. Puig era el primer responsable de la CCRTV -cuya radio y televisión son líderes de audiencia en Cataluña- fruto del consenso de las fuerzas parlamentarias, por lo que los partidos de la izquierda acusaron directamente al conseller en cap, Artur Mas, de estar detrás del cese de Puig. Paradójicamente, tan sólo CiU y el PP, principal aliado de los nacionalistas, aplaudieron esta dimisión.
Desde su nombramiento, en febrero de 2000 -cuatro meses después de las elecciones autonómicas catalanas-, Puig despertó ciertos recelos en el Gobierno de Jordi Pujol por el cariz 'demasiado independiente', a gusto de los nacionalistas, de los informativos de TV-3 y de algunos programas de prime time. Diferente percepción a la que se tenía de los contenidos de la emisora Catalunya Ràdio, al frente de la cual se encontraba un hombre de la absoluta confianza gubernamental, Joan Maria Clavaguera. En repetidas ocasiones, dirigentes de la federación nacionalista comentaban entre bambalinas que 'TV-3 ya no es nuestra televisión'.
La larvada crisis entre el Ejecutivo autónomo y Puig estalló a principios de esta semana cuando éste destituyó de forma unilateral y fulminante al director de Catalunya Ràdio por desacuerdos en la gestión de la emisora. El director general de la CCRTV pretendía agrupar en su departamento toda la gestión económica de las empresas públicas de comunicación. Una pretensión que Clavaguera entendió como una pérdida de poder al frente de la emisora.
Injerencias de Mas
El cese de Clavaguera molestó sobremanera en medios gubernamentales que lo interpretaron como un pulso político de Miquel Puig. Fue el motivo que el Gobierno catalán necesitaba para retirarle su apoyo y ayer Puig presentó su dimisión.
Las valoraciones de los distintos grupos políticos reflejaron los singulares apoyos con los que contaba Miquel Puig. Los tres partidos de la izquierda (socialistas, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya) no dudaron en señalar a Artur Mas como el instigador de esta dimisión, a la vez que reclamaron la reinstauración del consenso parlamentario para nombrar a su sustituto.
El primer secretario del Partit dels Socialistes, José Montilla, pidió la dimisión del conseller en cap por una cuestión de 'higiene democrática'.
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