Una misma receta para los problemas

La evolución negativa del paro en el último año no va a mover un ápice la política económica del Gobierno. Ésa es al menos la impresión que transmitió ayer el secretario general de Empleo, Juan Chozas, al presentar los datos de desempleo.

Chozas argumenta que la desaceleración económica no es exclusiva de España, sino que afecta, con más fuerza aun, a los países del entorno europeo y al resto del mundo. Y la recomendación de Bruselas, lanzada por última vez esta semana, es mantener a toda costa el Pacto de Estabilidad. Este acuerdo, firmado en 1997, obliga a los gobiernos comunitarios a alcanzar el equilibrio presupuestario en el año 2004.

Tampoco quiere el Gobierno lanzar previsiones sobre cómo evolucionará el desempleo el año próximo, un año que arranca con una considerable rebaja en los objetivos de crecimiento económico previstos inicialmente. El Gobierno rebajó a final de 2001 la expectativa de crecimiento del producto interior bruto desde el 2,9% hasta el 2,4%. Más pesimistas son otras instituciones, como la Comisión Europea, que la sitúan en el 2%. Esta revisión también salpicó de lleno a los objetivos de empleo: se esperan sólo 177.000, en lugar de los 277.000 previstos inicialmente.

Lo que sí mencionó Chozas, a preguntas de los periodistas, fue la posibilidad de nuevas reformas laborales. Sin señalar fechas ni directrices, el responsable de Empleo explicó que esa posibilidad siempre está latente. 'Con las carencias del mercado laboral español, las reformas laborales están ahí, sobre la mesa, todos los días'. Más liberalización económica, mayor formación de los trabajadores y profundización en las reformas de los mercados laborales fueron las recetas esbozadas por el secretario de Empleo.

Chozas recordó, además, que la necesidad de introducir nuevas reformas, no sólo laborales, ha sido resaltada esta misma semana por el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, y por la Comisión Europea.