La débil aportación privada sitúa a la región en el sexto puesto en Investigación y Desarrollo
Los índices de desarrollo tecnológico e innovación muestran a las claras que 'Andalucía está relativamente peor que la media de España y mucho peor que las comunidades más avanzadas'. El consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológico, José Antonio Viera, no intentó disfrazar lo que evidencian los datos recopilados en el informe del Instituto Andaluz de Tecnología (IAT) que presentó ayer. El estudio, incluido en la revista que edita el parque tecnológico Cartuja 93, muestra que el gasto en Investigación más Desarrollo (I+D) en la comunidad fue en 1999 muy inferior (0,65% del PIB regional) a la media nacional (0,89% del PIB español). Los recursos asignados por la economía andaluza a estas materias sitúan a la comunidad en el sexto lugar, por detrás de Madrid (1,64%), País Vasco (1,16%), Cataluña (1,08%), Navarra (0,93%), Aragón (0,74%) y Murcia (0,65%).
El informe elaborado por el IAT también demuestra que el principal responsable de este bajo nivel de gasto en el desarrollo de investigaciones científicas y su aplicación económica es, precisamente, el sector privado. Así, el gasto en I+ D de las Administraciones en Andalucía supone un 11,3% del gasto del sector público en España, las universidades autonómicas controlan el 16% del gasto de todas las universidades del país, mientras que la aportación de las empresas de la región desciende a sólo un 5,2% del total nacional.
'La aportación pública debe verse complementada con un mayor esfuerzo de las empresas andaluzas', requirió Viera. Para explicar esta débil participación del sector privado, el estudio del IAT, expuesto ayer por el director de esta fundación privada, Javier Iglesias, resalta la pequeña dimensión de la mayor parte de las firmas de la región y, sobre todo, que están establecidas en sectores con 'escasa penetración de las nuevas tecnologías'.
Fondo tecnológico
Pero donde es más 'pesimista' el estudio del IAT es en el análisis del entorno financiero andaluz, en el que la industria 'no encuentra un aliado eficaz'. El informe destaca que en Andalucía no existe una banca con especialización industrial, por lo que las entidades exigen muchas garantías para otorgar financiación a proyectos innovadores. Y las sociedades de capital-riesgo andaluzas, que deberían cubrir ese hueco, hasta ahora apenas han movilizado recursos; en ellas, además, el peso de la inversión privada vuelve a ser 'casi testimonial'.
El consejero de Empleo insistió en su intención de comprometer a las seis cajas de ahorros andaluzas en la constitución de un fondo tecnológico, que aún diseña la empresa autonómica Sandetel, para facilitar la financiación de proyectos innovadores. 'Este fondo está abierto a las universidades y a otras instituciones privadas como la CEA', indicó Viera. La pretensión del consejero es, tras la aprobación de los Presupuestos, intensificar los contactos con las cajas.
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