Regeneración y bandera

Nos prometían la regeneración política, la regeneración democrática. Para el señor Aznar, 'el PP es incompatible con la corrupción'. Íbamos a saber lo que es gobernar democráticamente y los corruptos socialistas se iban a enterar de lo que vale un peine. (De 'carey, claro. La derecha no usa peines de plástico. Y si recibe regalos -convolutos, como decía aquel embajador alemán nacido en Chamberí- son relojes de dos millones de pesetas o complementos de la firma Hermés). Y nos dijeron, también, que iban a recuperar la idea de España. Con estas promesas alcanzaron, al segundo intento, la mayoría absoluta. El presidente Aznar se libró de seguir hablando catalán 'en la intimidad'. Y en esas estábamos cuando les estalla en pleno rostro el escándalo de Gescartera. A su investigación se dedica la Comisión creada en el Congreso de Diputados. Y aparecen los nombres de Giménez-Reyna, secretario de Estado, el exdiputado Ramallo, el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, entre otros, enredados en las redes de Gescartera y de la la Comisión Nacional del Mercado de Valores que está desenredando la Comisión del Congreso.

Pero nos decían, también, que iban a recuperar la 'idea de España', tan maltrecha y ultrajada. al parecer, por los nacionalistas. Y llega el día de la Fiesta Nacional -que antes llamaban de la Raza- y el presidente Aznar, para reafirmar esa 'idea de España', decide contribuir a su celebración ordenando que la bandera que se ha de izar en la plaza de Colón madrileña, antes de empezar el desfile militar por el paseo de la Castellana, sea una bandera bien grande. Y se confecciona una bandera inmensa, de cerca de trescientos metros cuadrados. Así se hizo y así se izó la 'enseña nacional'. Sucede, sin embargo, que la idea de la España 'una y grande' -¿y tambien 'libre'?- que quiere y siempre ha querido Aznar, no depende del tamaño de una bandera sino de la voluntad de sus ciudadanos. Y hay muchos ciudadanos que tienen otra idea de España bien distinta. ¿Entonces...?

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