Artífice del nuevo IRPF

La carrera profesional de Enrique Giménez-Reyna Rodríguez ha girado en torno a los impuestos y a la financiación autonómica, temas en los que ha demostrado sus amplios conocimientos y experiencia. El 5 de mayo de 2000, este malagueño de 52 años fue nombrado secretario de Estado de Hacienda, cargo que ocupó hasta su dimisión presentada ayer.

No obstante, manifestó su deseo de volver a la empresa privada. En este año largo como número dos del Ministerio de Hacienda se ha caracterizado por la parquedad de sus declaraciones y por buscar siempre pasar desapercibido, pese a acometer proyectos tan importantes como la reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que simplificó y redujo el número de declarantes.

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En su actividad profesional se entremezcla lo público con lo privado. Se licenció en Derecho por la Universidad de Granada en 1971, para posteriormente ganar las oposiciones a inspector de Finanzas del Estado que ejerció en Barcelona y Madrid hasta 1981. Ese año ocupó el cargo de subdirector general de Tributos Locales, cargo que desarrolló hasta 1986.

Durante diez años (1986-1996) se dedicó a la actividad privada como abogado en los Colegios de Madrid y Málaga. De estos años de ejercicio libre profesional, montó varias sociedades de asesoramiento fiscal y financiero. Fue administrador único de la firma Velázquez Worldwide, sita en la madrileña calle de Velázquez. También fue administrador de Zurdo y Giménez-Reyna consultores, así como de Aguas de la Cuenca del Sur o presidente de la ceutí Ficoter. Es en estos años cuando ejerce de apoderado en la agencia de valores Servicios Financieros del Sur (Sefisur).

Con la llegada del Partido Popular al Gobierno, Enrique Giménez-Reyna volvió a la cosa pública. En Mayo de 1996 fue nombrado director de coordinación con las Haciendas Locales, puesto que ocupó hasta marzo de 1997, donde puso en marcha el nuevo sistema de financiación autonómica. Cuentan que está muy orgulloso de su diplomatura en finanzas urbanas que estudió en 1993 en el Banco Mundial.

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