Madrid me mata... Pero el Ayuntamiento, más

Muchas conversaciones y horas de diálogo con la anterior directora de Cultura de Arganzuela nos costó a los vecinos del distrito consensuar unas fiestas de San Isidro con sus límites justos, que mantuvieran el parque de Arganzuela razonablemente cuidado y permitieran el tránsito por sus calles. Pues bien, en dos años se ha venido todo abajo. Este Ayuntamiento expoliador convierte Arganzuela, en estas fechas, en lo peor de Madrid.

No sólo ha ido transformando el Pasillo Verde en el Pasillo Gris por la recalificación abusiva de terrenos, masificados ahora con moles gigantescas y calles estrechas, sino que, conociendo además el colapso que se origina cada vez que se celebran partidos de fútbol en el estadio Vicente Calderón, ha permitido que durante quince días -sí, 15 días- sus lamentables servicios de ¿cultura? montaran en el parque de Arganzuela el triple de atracciones mecánicas que en años anteriores. No quedaba un solo espacio libre. Remolques, camiones y roulottes de feriantes por todos los alrededores. Los madrileños, no avisados del horror que era esto, dando vueltas sin poder dejar el coche o dejándolo sobre las aceras.

Los parterres han quedado arrasados; los árboles, heridos con los enganches y alambres de las atracciones, y los vecinos, profundamente asqueados por la voracidad y falta de sensibilidad de este Ayuntamiento, que, eso sí, en estas fechas saca una millonada a los feriantes y a los madrileños; una vez más, nos maltrata. ¡Si san Isidro levantara la cabeza... se desmayaría al conocer al alcalde y a su insensible concejal!