El Banco Mundial urge a 'despertar' sobre el 'problema de seguridad global' del sida en África
El presidente del Banco Mundial (BM), James Wolfensohn, hizo el pasado jueves un dramático llamamiento a los países ricos sobre el sida y anunció que el próximo año destinará a las naciones más pobres 200.000 millones de pesetas (en todo el decenio pasado invirtió 260.000 millones). Wolfensohn reveló que negocia con los países donantes para que entreguen al menos la mitad de ese dinero -que se concede como crédito sin interés a los Gobiernos- en forma de préstamos a ONG y asociaciones locales. 'El mundo necesita despertar a lo que es el sida en África', dijo Wolfensohn. 'Es algo real, muy real. Es un problema estadounidense. Es un problema de seguridad global'. Wolfensohn insistió: 'No es algo para dejar al margen. En muchos países uno de cada cinco adultos es víctima de la plaga'.
El presidente del Banco Mundial señaló que los fondos que se inviertan en los países pobres deben permitir que adquieran antirretrovirales, cuyo precio sigue siendo excesivo para la población incluso después de que las multinacionales farmacéuticas se hayan plegado a las presiones para abaratar los medicamentos. Wolfensohn precisó que se necesitan fondos para crear sistemas sanitarios en muchos países subsaharianos que hoy sólo invierten menos de mil pesetas por persona y año. Las inversiones deberán diseñar y sostener programas de prevención que vayan más allá de la distribución de condones o la información sobre el VIH. Wolfensohn indicó que, además del dinero que se destine al sida, los países africanos que estén dispuestos a desarrollar buenas prácticas de gobierno y a luchar contra la corrupción necesitan, al menos, el doble de los dos billones anuales de pesetas que ahora reciben como ayuda para superar la pobreza.
'En los últimos 10 años', denunció el presidente del Banco Mundial, 'la ayuda internacional al desarrollo ha bajado de 6.400 pesetas per cápita a 3.800. Ello refleja que hay un decreciente interés por África'.
'No estamos hablando de caridad', concluyó Wolfsensohn. 'Estamos hablando de nuestro propio interés'.
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